IX Premio Internacional de Poesía en el Laurel de La Zubia para Zindzi Mandela

El verso del Laurel lleva nombre de mujer

  • Zindzi Mandela, hija del expresidente sudafricano, recibe a título póstumo el IX Premio Internacional de Poesía de La Zubia

  • Estrella Morente pone el broche de oro a la cita recitando unos versos de autoría propia, algo que nunca antes había hecho

Estrella Morente, durante su actuación en el XVIII Festival de Poesía en el Laurel de La Zubia.

Estrella Morente, durante su actuación en el XVIII Festival de Poesía en el Laurel de La Zubia. / Jesús Jiménez/Photographerssports

Lo que unos versos pueden llegar a transmitir no entiende de virus ni de mascarillas, aunque ahora tenga que convivir con ellos. Como "el eco de un cantar", parafraseando a la escritora Yolanda Aldón, la primera en deleitar con sus versos la noche de este martes, la poesía inundó La Zubia de tal manera que prendaron a todos aquellos que lograron acudir a la única cita presencial que ofreció el Festival Poesía en el Laurel en una decimoséptima edición, en la que no faltó la reivindicación de la mujer en el mundo de la escritura, como comenzó reivindicando la autora Olalla Castro, después de que Antonio Enrique deleitase con su breve recital.

Así arrancó la cita poética, trasladada esta vez hasta el Parque de La Encina, en el que se entregó el IX Premio Internacional de Poesía en el Laurel y en la que se demostró, una vez más, cómo la poesía y el flamenco van unidos de la mano, algo que en Granada ya fue demostrado con Federico García Lorca y que anoche volvió a calar con la voz de Estrella Morente, que deslumbró (y sorprendió) al dejar por unos instantes el cante a un lado y recitar unos versos, algo que hasta ahora no había hecho.

En esta ocasión, el galardón fue otorgado a título póstumo a Zindzi Mandela, una mujer referente en Sudáfrica como también lo fue su padre, que falleció hace menos de un mes. La hija de Nelson Mandela era "un ejemplo de lo que él había vivido y cuyos hechos, sus obras y su poesía así lo hacían sentir", según destacó el poeta y director del festival, Pedro Enríquez, por lo que el acto, que contó con la presencia de la consejera de la Embajada de la República Sudafricana en España, Guilia Mothame, –encargada de recoger el galardón, que fue entregado por la alcaldesa de La Zubia, Inmaculada Hernández–, sirvió de homenaje y recuerdo a su figura.

Mothame, que dio su discurso en inglés, destacó que "el mes en el que se celebra este acto es el mes de la mujer en Sudáfrica" y reivindicó la figura de Nelson Mandela y "su papel decisivo para traer la democracia a nuestro país" y de su hija, Zindzi, quien "luchó junto a su madre contra todos los ataques sufridos del apartheid, se dedicó a la causa del pueblo y demostró que era incorruptible".

La consejera de la Embajada de la República Sudafricana en España recoge el premio de manos de la alcaldesa de La Zubia. La consejera de la Embajada de la República Sudafricana en España recoge el premio de manos de la alcaldesa de La Zubia.

La consejera de la Embajada de la República Sudafricana en España recoge el premio de manos de la alcaldesa de La Zubia. / Jesús Jiménez /Photographerssports

La consejera de la Embajada de la República Sudafricana en España, que destacó que Zindzi fue un ejemplo de lucha por la igualdad femenina y por los niños –algo que la galardonada plasmó a lo largo de su obra literaria–, cerró su discurso con una reivindicación del arte y la cultura como "unión de los pueblos" y un llamamiento a "imitar la lucha por los principios básicos y los derechos humanos".

Con la voz de la joven artista granadina Miriam Sae, acompañada del pianista Yuri Wong y el bajista Miguel Pérez, se inició la parte musical de este evento, en el que se evocó la figura de la mujer. Sae interpretó, entre otros, su tema La Farsa, cuya letra es del propio Pedro Enríquez, y culminó su actuación con un tema de su madre, con lo cual se dio paso al plato fuerte de la noche: a la granadina y referente del flamenco Estrella Morente.

La cantaora, que dio las gracias a la poesía y destacó la importancia de ésta en el flamenco, arrancó con sus quejíos, primero a capela y luego acompañada de una guitarra, los aplausos de un público privilegiado que observó cómo incluso se atrevió a recitar unos breves poemas cuyos versos eran de autoría propia y que, por primera vez, compartía públicamente.

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