En la cinta Antes del amanecer Richard Linklater narra la historia de amor concentrada en una sola noche de dos jóvenes de diferentes países, Jesse (Ethan Hawke) y Céline (Julie Delpy), que se conocen al bajar de un tren en Viena y charlan mientras deambulan por la ciudad. Nueve años después, retomó el romance con su reencuentro en París en Antes del atardecer. Incluso hay una tercera entrega sobre la relación de pareja, Antes del anochecer. Un juego parecido para actores y espectadores es la propuesta de Ignacio G. Merlo, que presenta este jueves en el Palacio de los Condes de Gabia su último largometraje: Ojalá mañana. La propuesta es similar, pues la cuarta película del director de cine granadino cuenta con los actores que protagonizaron su ópera prima, Fiebre, una década después.

En la cinta de 2011 Merlo desarrollaba la historia de una madre soltera con problemas económicos que se ve obligada a alquilar la habitación de su hijo y la del forastero que la ocupa, del que termina enamorándose. Esa película marcó las vidas de esos actores, Olaia Comesaña y Sebastián Fernández, porque sirvió para que se enamoraran y naciera su hija Lola.

La historia que ahora se estrena cuenta su director que “se forjó de la realidad de una familia y un concepto, las vidas ficticias”. Así, la cinta, que ha obtenido el premio a la Mejor Película en la sección Panorama Andaluz del pasado Festival de Cine Europeo de Sevilla, retrata de Olaia, que vive con su pareja Sebas y la hija de ambos, Lola, de 7 años, en la portería del barrio de Chamberí, en Madrid.

Sebas es el conserje del edificio y Olaia limpia oficinas, aunque su ilusión es ser actriz, un dato que permite al director un juego de simulaciones. Ella consigue una papel para una obra de teatro en uno de los casting a los que se presenta y él tiene que hacerse cargo del cuidado de su hija, por ejemplo llevándola y recogiéndola del colegio.

“Entonces Olaia empieza a ensayar en casa y la niña la imita”, cuenta el director sobre un juego que permite al espectador sumergirse en una trama que se presenta como una película sobre la vida cotidiana de una familia de clase obrera pero es, en realidad, “un complejo cuento sobre las vidas ficticias que se viven y las que se anhelan, sobre una sociedad que, a veces, es puro espectáculo”.

Y es que si bien por su punto de partida la cinta puede recordar a las de Linklater, los planteamientos del cineasta están más cerca del director del cine Abbas Kiarostami, famoso por el uso de niños protagonistas y por el grado de ambigüedad de sus cintas, una mezcla inusual de la simplicidad y la complejidad, de elementos de ficción y documentales.

Si el iraní destacó por el tratamiento de dualidades como el cambio y la continuidad, y sobre todo los temas de la vida y la muerte, en el granadino esta dicotomía ha llegado impuesta. “Lamentablemente Ojalá mañana es la película que se asociará para siempre con la despedida de mi amigo y compañero Sebas. Al termino de la grabación se le diagnosticó una enfermedad que no pudo superar y falleció en octubre de 2019”.

El director, que ha regresado de Madrid para participar en un proyecto de investigación de la Universidad de Granada, señala que esta circunstancia ha dado una nueva dimensión a la obra. “Para mí la película se ha resignificado, pasando de ser un cuento sobre el sueño, la fantasía y las vidas ficticias a un homenaje y un regalo-testimonio que Sebas nos hace a los amigos”.

El Área de Cultura de la Diputación presenta la película en Granada como ya hizo con los anteriores trabajos de Merlo como Fiebre (2011) y La máscara de Cristal (2019). “En todas ellas encontramos un fascinante juego de realidades e irrealidades que Merlo envuelve en lo que a veces adquiere forma de documental sin serlo”, explica la diputada de Cultura y de Memoria Histórica, Fátima Gómez.

El propio director será el encargado de presentar su película este jueves a las 20:00 horas en el Palacio de los Condes de Gabia para participar en un coloquio después de la proyección.