Sergio Peris Mencheta. El Gran Capitán

"Entre Isabel y Gonzalo hay un amor por encima del deseo, sin matices sexuales"

-Con sus papeles en series de época como 'Isabel' y 'Los Borgia', ¿le resulta raro verse en vaqueros?

-Está claro que debo tener cara de época, hay un karma raro por ahí porque en España sólo hago personajes de época. En el extranjero también me pasa algo parecido, pero no dejo de estar encantado y agradecido. Supongo que de pequeño tuve que desear mucho lo de montar a caballo y llevar una espada y ahora el destino me lo está devolviendo.

 

-A estas alturas debe tener una gran soltura a lomos de un caballo...

-Me ahorro las clases de equitación y las clases de esgrima. En este tipo de series ya estoy como en casa.

 

-En EEUU protagonizó junto a Joe Pesci 'Love runch', donde interpretaba a un boxeador argentino. ¿Su físico le marca para bien o para mal?

-El físico le marca la carrera a todos los actores porque, antes de nada, somos físico, luego está la interpretación. Con la cara que yo tengo es difícil hacer de Hamlet.

 

-¿Interpretar a un personaje histórico como el Gran Capitán da más libertad que meterse en la piel de un personaje vivo y reconocible por todos?

-Por una lado te da libertad, pero dentro de unos márgenes, que son los márgenes de la historia y del guión. Yo me he informado, he leído mucho sobre Gonzalo Fernández de Córdoba y, dentro de los márgenes de la historia y del guión, que no tienen que coincidir,  intento crear un personaje. En general, los personajes que te acotan el terreno, facilitan mucho que se arranque la imaginación porque sabes en qué recoveco puedes jugar. Depende de la libertad que te dé el director y de la que uno mismo se quiera tomar.

 

-A través de sus lecturas y de ese trabajo previo del que habla, ¿cómo es su Gran Capitán?

-Es el que ha querido el director y los guionistas de la serie, el que representa la lealtad total y absoluta. Quizás no tanto la lealtad a través del cariño, pero sí la lealtad pura y dura, la del militar y guerrero que está al servicio único y exclusivo de la reina. Comenzó siendo prácticamente el guardaespaldas de Isabel y en esta segunda temporada se va a convertir en un lugar seguro para la reina, uno de los pocos en los que puede confiar.

 

-Porque parece que en esta segunda temporada su marido, el rey Fernando, se va de picos pardos con bastante asiduidad...

-Eso dice Wikipedia. La historia de amor entre Fernando e Isabel de la primera temporada está basada, en parte, en la leyenda. Entre Gonzalo e Isabel había un amor  por encima del deseo, un amor sin connotaciones sexuales.

 

-¿Una muestra perfecta del amor cortés de la época?

-Creo que va más allá del amor cortés porque es un amor devoto por parte de un hombre que, aunque es militar, tiene su corazón entregado a una causa que es Isabel.

 

-¿La lealtad y la dignidad han sido los matices  principales a la hora de componer su personaje?

-Es difícil actuar la dignidad y la lealtad, uno trata de actuar cosas más concretas y más cerca del mundo en el que vivimos, en el que la lealtad y la dignidad, por cierto, son castellano antiguo. No hay más que mirar a nuestros políticos. A la hora de enfrentarse a un trabajo como el del futuro Gran Capitán uno toma como ejemplo estos dignatarios que nos asolan y buscar lo que les falta. La lealtad y la dignidad se resiste a aparecer en nuestra clase política.

 

-¿Era consciente  de la polémica que iba a despertar la serie por la forma de abordar un personaje histórico tan controvertido como Isabel la Católica?

-Eso habrá que preguntárselo al director. Evidentemente, esta serie se iba a llamar Isabel la Católica y al final se llama Isabel, por algo será...

 

-Hace ya tiempo que se da por sentado que los mejores guiones están en televisión. Ahora parece que incluso las grandes producciones son también territorio de la pequeña pantalla.

-Sí, es la edad de oro de las series, también en España. Tiene mucho sentido, la televisión llega a mucho más público que el cine, sobre todo en este país. A nivel de ficción te permite contar historias como Los Borgia. En España hay los mimbres y, sobre todo, la Historia para hacer una ficción histórica a la altura de las que se hacen fuera. La televisión se parece cada vez más al cine. No voy a decir que Juego de tronos esté a la altura de El señor de los anillos, pero sí supera a muchas superproducciones. Hay una tendencia del público a buscar este tipo de series porque no se acaban y ya está, sabes que la serie va a formar parte de tu día a día.

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