John Gutman: Pionero en modernidad

14 de marzo 2011 - 05:00

Con el ascenso al poder del nacionalsocialismo de Hitler fueron muchos los judíos europeos que tuvieron que emigrar a Estados Unidos huyendo de los descarnados acontecimientos que comenzaban a producirse. Artistas de gran importancia se instalaron en Norteamérica contribuyendo a la difusión de las vanguardias en el continente americano. El centro cultural y artístico mundial que se encontraba en París, se trasladó, por estas circunstancias, a Nueva York, donde se produjo el establecimiento de una entidad artística de infinita trascendencia. Nombres de la importancia de Lazslo Moholy Nagy, Walter Gropius, Ludwing Mies van der Rohe, Max Ernst, Josef Albers, Piet Mondrian, Ives Tanguy, Roberto Matta, Hans Hoffmann, André Breton, Amadée Ozenfant, Ossip Zadkine, Jacques Lipchitz o André Masson, entre otros muchos, se instalan en América y ejercen una influencia suprema en los artistas americanos y patrocinan la asunción de las vanguardias europeas por los mismos.

Entre los muchos artistas que allí llegaron se encontraba un fotógrafo nacido en la ciudad de Breslavia, hoy la polaca Wroclaw. Se instaló en San Francisco y desarrolló una fotografía tan especial como la que, ya entonces, llevaban a cabo aquellos otros ilustres, en los dos continentes, Laura Gilpin, Henri Cartier-Bresson, Man Ray, Robert Cappa, Robert Frank, Berenice Abott… que abrieron las perspectivas de una de las modalidades que más evolucionaron y trascendieron en el arte contemporáneo.

John Gutmann centra su realidad fotográfica en el conocimiento de la ciudad: ésta se convierte en su laboratorio, en el escenario donde transcurre la infinita galería de momentos que sirven de modelos para un artista que sabe captarlos con claridad, emoción y sentido artístico.

Las escenas callejeras, los simples espacios de una realidad inmediata, los elementos de una urbe en constante evolución y crecimiento, los negros y los blancos, las circunstancias de unos y de otros... también, personajes que manipulan un tiempo, un espacio y un entorno donde ejecutan múltiples sistemas de una cotidianidad simple y sin complejos.

La exposición nos muestra abiertamente la fotografía expectante e inquietante de un fotógrafo pionero en muchas cosas: en el establecimiento de las coordenadas de un arte nuevo en absoluta expansión, en la formulación de una iconografía urbana que empieza a ser moderna, en la captación de momentos estelares de aquella sociedad iniciática en nuevos argumentos, en la asimilación y puesta en escena de unas maneras artísticas que, más tarde, tuvieron mucha fortuna y, así, en numerosos planteamientos de una fotografía que iba a suponer mucho en el devenir del arte contemporáneo.

La muestra del Centro Guerrero, que viene de presentarse en la Fundación Mapfre, nos conduce por un fotógrafo-fotógrafo, un artista total que utilizó un medio, entonces nuevo, con un especial sentido para afianzar y dar proyección a una actividad artística que autores como él dieron trascendencia y futuro.

El centro José Guerrero vuelve a retomar el camino que tuvo y que nunca debió perder. La sensatez ha vuelto a poner criterio a uno de los espacios que más implicados ha estado en Andalucía con los postulados de la Modernidad. John Gutmann fue uno de los primeros en patrocinar los mejores planteamientos del arte de los nuevos tiempos.

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