Juan Carlos Garvayo, pianista

“La zarzuela no se ha fomentado por considerarse un género carca”

Juan Carlos Garvayo

Juan Carlos Garvayo

El Trío Arbós, pieza clave de la música de cámara española, aprovechó los meses de confinamiento para poner en marcha un nuevo proyecto musical que ahora ve la luz, Zarzuela-Miralles. Se trata de disco producido por La Dalia Films y publicado bajo el sello Sacratif que reúne los fragmentos más populares de los grandes maestros de este género musical. Está compuesto por ocho de las piezas más populares en versión instrumental que, como el propio título indica, son revisiones del maestro Ricardo Miralles, pianista que acompañó a Joan Manuel Serrat durante varias décadas de su carrera musical. El motrileño Juan Carlos Garvayo, catedrático de Música de Cámara del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y miembro fundador del trío, detalla las claves de un trabajo que se ha gestado sin tener ningún encuentro personal con Ricardo Miralles, aislado con motivo de la pandemia.

–¿Qué características tienen las versiones de Miralles?

–Lo primero, que son instrumentales, aunque la zarzuela es fundamentalmente cantada. Sólo violín, chelo y piano, lo que es el Trió Arbós. Además Miralles versiona las melodías de las zarzuelas con el lenguaje propio de un arreglista que nos recuerda su toque personal: a veces cambia la armonía, les da un giro... También coge los temas y los va hilando. Hace un juego precioso y muy interesante. Siempre ha sido una persona muy inquieta que ha estado acompañando a los grandes pero siempre detrás, como arreglista de Serrat o produciendo a músicos españoles y latinos. Sin embargo es un musicazo.

–¿Cómo ha sido trabajar con él?

–El disco lo hicimos durante la época del confinamiento. Nos dijo que le mandásemos las partituras de las zarzuelas –en realidad suelen venir en unos arreglos parra voz y canto, no viene la parte de orquesta, sólo algo de piano muy siemple–. Nosotros le mandábamos eso y al cabo de dos semanas o menos nos llegaba el arreglo. Por ejemplo, una especie de suite de la Gran Vía o La Revoltosa, la que fuera. Así trabaja él, ni lo hemos visto porque está recluido por el tema del virus. Él ha ido siguiendo todo muy de cerca pero ni siquiera nos conocemos personalmente.

"El concierto de Año Nuevo podríamos hacerlo sólo con zarzuelas y sería muy atractivo”

–Además de La Revoltosa y Gran Vía, se versionan Doña Francisquita, La Verbena de la Paloma, Agua, azucarillos y aguardiente y El Barberillo de Lavapiés. La selección de temas, ¿se ha hecho siguiendo un criterio de popularidad para elegir las más conocidas?

–No exactamente. Todo el mundo las conoce pero queríamos que el elemento común fuese su inspiración en Madrid. Por eso el diseño del disco va por ahí: imita los azulejos que hay en las calles del centro de la ciudad. Es el lugar de nacimiento del Trío Arbós hace ahora 25 años y desde entonces hemos vivido allí, por eso queríamos que fuese de Madrid.

–Usted ha comentado en alguna ocasión que la zarzuela es “un género que se practica poco en España”y que, si bien “gusta mucho y tiene muchos seguidores”, “no se le hace demasiado caso”. Ahora que las nuevas generaciones de músicos están dejando de lado el punk y el rock para volver sus ojos al flamenco o la copla, ¿se está revalorizando también la zarzuela?

–Yo soy un forofo del flamenco pero creo que tiene un nivel de expansión mucho más general que la zarzuela, que sigue siendo un género más limitado. Sobre todo porque para hacerlo hay que representarla y requiere un esfuerzo mayor, por eso hay muy pocas oportunidades de verla. A parte de las producciones que hace el Teatro de la Zarzuela de Madrid, que está dedicado exclusivamente a eso, y algunos teatro de ópera de vez en cuando, el resto es en plan aficionado y a veces hay problemas de calidad. No se ha fomentado nada en España. Yo creo que se ha relegado por considerarlo un género antiguo y carca, aunque es una música bellísima. Tiene chispa, inspiración y ese sabor español que también tiene el flamenco y vuelve loca a la gente. Y hay miles de títulos que están guardados en un cajón y hay que rescatarlos.

–¿Por qué cree que no se realiza esa recuperación?

–También es verdad que en su época hubo muchos títulos que se estrenaron una vez porque eran de consumo inmediato. Pero no es menos cierto que hay verdaderas joyas, sobre todo en la segunda mitad del XIX. No se interpretan, salvo Barbieri, y muchas ni siquiera se han pasado a partituras modernas en PDF, están aún como manuscrito en un archivo. Es un género que hay que meterse a investigarlo.

"Si Rosalía hace tangos de La Repompa de Málaga muchos escucharán los originales”

–¿Y por qué las instituciones o los festivales españoles no le prestan más atención y apuestan por rescatarlo e impulsarlo como sí hacen con el flamenco?

–Pues sí, el Concierto de Año Nuevo, podríamos hacerlo sólo con zarzuelas y sería muy atractivo. Pero el flamenco mismo, es muy frágil. Se impulsa mucho pero la infraestructura, a la mínima que pasa algo, se desmorona como se ha visto con la pandemia. Y la zarzuela viene detrás. Son esas músicas que, más por motivos sociológicos que por su calidad, se relegaron. El régimen franquista hizo uso de ese sello españolista y se le atribuyeron ciertas músicas, pero está visto que no es así y que a la gente le encantan, que hay verdaderas joyas. Que se recuperen, aunque sea a través del pop, me da igual. Eso puede despertar el interés de mucha gente hacia las raíces de ciertas músicas. Si Rosalía hace unos tangos de La Repompa de Málaga, muchos ni lo sabrán pero más de uno habrá escuchado las grabaciones originales. Todo lo que sea promoción y llegar al público viene bien. 

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