Llorando por Granada desde Almuñécar
Los Puntos saltaron a la fama con canciones de melodías irresistibles y cuidados arreglos que ocuparon los primeros puestos de las listas
La nutrida y variada programación veraniega de Almuñécar se acerca a su fin con una de las últimas actuaciones que se van a celebrar en el Parque del Majuelo. Se trata de un concierto que traerá inolvidables recuerdos de juventud a los más nostálgicos a cargo de un grupo, un conjunto, que se decía entonces, que hará reverdecer a los nacidos antes del año setenta sus primeros bailes, mientras que difícilmente dirá nada a los menores de cuarenta. Hablamos de Los Puntos, el quinteto que saltó a la fama desde la localidad almeriense de Cuevas de Almazora merced a unas canciones de melodías irresistibles y cuidados arreglos que ocuparon los primeros puestos de las listas a mediados de los setenta. El grupo, que fue refundado ya en el S. XXI por algunos de sus componentes originales, el bajista José Belmonte y el guitarrista, líder y principal compositor, Pepe González Grano de Oro, llegando incluso a publicar un par de álbumes con material nuevo, ya visitó Granada a principios del verano, concretamente el anfiteatro Carlos Cano de Maracena, donde fundamentalmente rescataron sus éxitos de siempre. Los Puntos comenzaron ambientando las verbenas de su comarca a finales de los sesenta, pero pronto iniciaron el camino de unas composiciones propias que les llevaron a formar un contrato con el sello Polydor en 1969. Ese año debutarían con el single Miguel/Allá en el Mar, que pasaría sin pena ni gloria, y algo más de repercusión alcanzarían con Good Morning, del 70, aunque no sería hasta el año siguiente, una vez reestructurada la banda, cuando llegarían los primeros éxitos gracias a canciones como Magdalena/Arco Iris y, sobre todo, Cuando Salga la Luna. Con ese tema y el consiguiente primer álbum del grupo, logran fama a nivel nacional, aunque el salto lo darán definitivamente en 1974, que será el año de Los Puntos con sus temas más conocidos: Esa Niña que me Mira y la sensacional Llorando Por Granada, toda una lección de historia comprimida en los tres minutos que dura una canción pop. Más tarde se consolidarían como el grupo más comprometido con ese sonido de aires arábigos que sugerían con Llorando Por Granada con temas como Feria, Tierra Cristiana y El Sur, antes de convertirse, a finales de los setenta, en Almanzora. El componente arábigo-andaluz que, al principio de manera algo tosca e inocente, fueron introduciendo en los arreglos de sus temas, no solo se convirtió en un precursor del rock andaluz que estaba por llegar, sino que acabaría por transformar al grupo que se disolvería en Almazora, más claramente alineado con los preceptos del rock andaluz, pero que nunca llegaría a alcanzar la popularidad de Los Puntos. El acercamiento que hicieron éstos hacia ese sonido orientalizado sería su seña de identidad y el complemento perfecto para la temática de algunos de sus grandes éxitos.
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