Luis García Montero, poeta

Luis García Montero: "La única manera de encontrar una respuesta honesta a la muerte fue a través de la poesía"

Luis García Montero: "La única manera de encontrar una respuesta honesta a la muerte fue a través de la poesía"

Luis García Montero: "La única manera de encontrar una respuesta honesta a la muerte fue a través de la poesía" / José Velasco/ Photographerssport (Granada)

Luis García Montero regresa a su Granada natal siempre que puede, pero su apretada agenda como director del Instituto Cervantes no le deja mucho tiempo libre entre sus numerosos compromisos internacionales. Las visitas a la familia concentraban buena parte de las escapadas, pero también ha podido sacar tiempo para seguir apoyando proyecto culturales de la ciudad. El último es el volumen que la editorial granadina Sonámbulos ha dedicado a toda su poesía, un cuaderno elaborado por Pedro García Cueto con el que se repasa toda su trayectoria lírica y que culmina con una breve antología realizada por el profesor madrileño.  

-La llama poética de Luis García Montero es un repaso a toda su trayectoria poética. ¿Qué le ha parecido el resumen personal realizado por García Cueto?

-Estoy muy agradecido por este libro. Va analizando mis distintos libros, desde que comencé con la Otra Sentimentalidad, hasta el último libro, Un año y tres meses, con una mirada profesor e investigador de la literatura muy generosa. . 

-Por la trayectoria de García Cueto como profesor, ¿es un libro que puede servir de acercamiento a las nuevas generaciones? 

-Una de las cosas que repiten de manera sensata los escritores más juiciosos es que el verdadero premio son los lectores, poder formar parte de su educación sentimental. Cuando yo miro la realidad, en mí está lo que aprendí al leer a Federico García Lorca o a Rosalía de Castro. Cuando alguien analiza tus poemas, cuenta lo que ha visto en ellos y se presenta como alguien que sentimentalmente recibe la herencia de lo que tú has creado, te devuelve a la mejor memoria de un escritor, que es la importancia de la lectura y su propia personalidad. Y Pedro ha hecho eso: un análisis de mis poemas y después ofrece una pequeña antología en la que ofrece ejemplos de lo que él ha querido explicar. Sí, creo que es una buena aproximación a mi poesía. A los lectores jóvenes les puede servir.

-Esta antología recoge poemas de su último libro, dedicado a Almudena Grandes. A partir de la desaparición de su desaparición y el libro, las últimas entrevistas le muerte se han convertido casi en un tema constante. Además ha tenido que afrontar otras pérdidas recientes. ¿Se ha convertido en una presencia en esta etapa de su vida?

-Yo había escrito algún poema sobre la muerte pero dando por hecho que el que se iba a despedir primero de mi familia más íntima era yo. Sin embargo, me encontré con la muerte de Almudena. Ese libro tuve que escribirlo sabiendo que iba a ser muy difícil, pero tuve que hacerlo. Desde que descubrí la poesía de Lorca en casa de mis padres cuando era un muchacho, mi vocación poética me ha servicio para preguntarme sobre mí. Hay gente muy dogmática que tiene un yo muy grande, se cree en posesión de la verdad y lo da todo por seguro. Yo siempre me he cuestionado mi relación con la realidad para pensar más de dos veces las cosas que digo, y pensar lo que digo antes de decir lo que pienso.

-El poeta que se tira una hora buscando una palabra precisa, ¿lo hace porque siente la responsabilidad de pensar lo que dice? 

-Vivimos en una época de mucha premura y la gente con las redes sociales dice lo primero que se le pasa. Y en el mundo del periodismo hay una dinámica en la que más que informar sobre los hechos se busca el titular impactante y la llamada de atención para que haya muchas entradas la web, porque las máquinas lo contabilizan todo. Te puedes encontrar que se considera un fracaso un artículo que atina a decir una verdad y que parece un éxito otro en el que han entrado miles de personas porque el titular anunciaba un disparate. Bueno, pues en la vida cotidiana también es así. Yo me había acostumbrado a vivir la realidad a través de una persona y luego viví esa situación extrema de ver a Almudena enferma -durante un tiempo convivimos con la esperanza pero poco a poco se va perdiendo la fe-. A partir de ahí te tienes que adaptar a la desaparición de esa persona con la que has construido tu futuro, tu nosotros y la vida se queda sin sentido. La única manera de encontrar una respuesta honesta a la muerte fue a través de la poesía. 

¿Es ahí cuando más cuesta encontrar las palabras o cuando todas fluyen?

-Cuando uno escribe sobre algo muy ardiente que lo desgarra tiene el miedo de escribir mala poesía. De caer sin pudor en el patetismo, en la cursilería... No hacer un poema como obra de literatura sino un desahogo biográfico para hartarse de llorar. Yo necesitaba escribir eso pero tenía que hacerlo desde la dignidad de la poesía, que es la del pudor.  Para eso tuve que enfrentarme con mi experiencia aliándome con lo que a mí me ha enseñado la literatura, por eso está tan presente en estos poemas la muerte. Para explicar mi realidad sin caer en un desahogo patético sino en un sabiduría de la condición humana tuve que volver a los que habían escrito sobre la muerte: el arcipreste de Hita, Jorque Manrique, Quevedo, Jaime Sabines, el propio Federico García Lorca... Si queremos formar parte de la educación sentimental de la gente es porque hablamos de cosas que no le pasan solo al poeta o a una minoría, sino que nos pasan a todos los seres humanos. 

Luis García Montero, en su casa de Granada. Luis García Montero, en  su casa de Granada.

Luis García Montero, en su casa de Granada. / José Velasco/ Photographerssport (Granada)

-En ese sentido, la muerte le ha tocado muy de cerca en muy poco tiempo. 

Sí, ha sido un año de muchas pérdidas. Murió Almudena en noviembre de 2021 y en 2022 perdí a mi padre primero y luego a mi madre. 

-¿Ha abordado más la muerte de sus esposa porque era tenía más trayectoria pública?

-No, porque era mi compañera de vida, mi mujer y teníamos un futuro en común. Su muerte me deja sin ese futuro y tengo que dar otra respuesta a la vida. El que Almudena fuera conocida como escritora me ha servido a la hora de escribir algún poema para jugar con la complicidad con los lectores. Ellos conocen su apuesta con la memoria histórica, yo juego con la complicidad de que la gente sabe que era un vínculo que teníamos los dos.

-El autor del prólogo del volumen de Sonámbulos, José Luis Morante, destaca que García Cueto ha perfilado "el espacio hondo y denso" que han destilado las entregas poéticas" pero por razones obvias se tienen que dejar de lado las páginas de "novelas, ensayos, prólogos y artículos de prensa diseminados por periódicos, revistas y publicaciones digitales". ¿Para cuándo unas obras completas que incluyan todo?

-Ya tengo publicada mi poesía completa. El propio José Luis Morante, el prologuista en este libro, hizo una antología: Ropa de calle  publicada en Cátedra. Pero obras completas que incluyan el ensayo no, porque yo he publicado mucho en mi faceta de profesor de Universidad. He escrito libros sobre García Lorca, sobre Gil de Biedma sobre Bécquer, sobre las ideas que tengo de la poesía. Están publicados en distintas editoriales y no he pensado en hacer una edición de obras completas de ensayo pero, fíjate, hace tiempo que me hubiera gustado hacerlo de mi actividad en prensa.  Esas colaboraciones hablan mucho de la relación de un autor con su tiempo. 

-Como director del Instituto Cervantes, el tema de la Inteligencia Artificial será una revolución en cuestiones tan básicas como la autoría de los textos. 

-Es muy importante que el español reaccione y forme parte de los repositorios y de los almacenes de palabras que después se utilizan para la inteligencia artificial. No es solo una lengua de referencia en la literatura, el idioma de Cervantes o de Sor Juana Inés o de García Márquez, sino también en la ciencia. En ese sentido, formamos parte del proyecto que ha puesto en marcha el Gobierno, un PERTE para la inteligencia artificial que se llama la Nueva Economía aplicada a la lengua. Se ha probado un Observatorio de global del español, presidido por el Instituto Cervantes, para investigar este tipo de cuestiones. A partir de ahí, lo que a mí sí me gusta destacar siempre es que la inteligencia artificial y del lenguaje de las máquinas hay que tomárselo como metáfora, porque las máquinas funcionan según son programadas por los seres humanos. Hay que tener presente la capacidad de creación de sesgos manipuladores de todo tipo que puede haber de una inteligencia artificial en manos de las grandes empresas y las grandes multinacionales. 

-¿Cómo ve el panorama de la izquierda en España en un año con tantas citas electorales?

-En el año 1976 me acerqué al Partido Comunista porque era el partido que estaba organizando la lucha contra el franquismo y para mí la militancia fue inseparable de la democracia. Cuando vi de qué manera en los países del Este el comunismo había funcionado como un espacio donde se generaban dictadura, decidí que yo necesitaba un proyecto político en el que conviviera el respeto a la igualdad social y a la justicia social con el respeto absoluto a la libertad democrática. Y fui de los que puso en marcha en el año 1986 la Fundación de Izquierda Unida, en el que mi lite durante casi 30 años. Siempre he estado en la guerra cruzada que me parecía insostenible en las políticas de izquierdas. Había un Partido Socialista que prefería antes pactar con la derecha que pactar con Izquierda Unida. Y, por otra parte, había un sector de Izquierda Unida que decía que los socialistas estaban vendidos al capitalismo y que no querían pactar de ninguna manera con el Partido Socialista. Estos 5 años para mí han sido motivo de alegría porque se han demostrado que con los matices y con la diversidad de cada uno, cuando hay proyectos, se pueden hacer muchas cosas: se han apoyado leyes laborales, leyes sobre las pensiones, sobre el salario mínimo, sobre cultura, que creo que son muy positivas. Algunos, más que defender los logros de lo que se ha conseguido, quieren hacer crítica para evidenciar las diferencias. Pues nos hacemos un un favor muy, muy negativo. ¿Cuál es mi situación ahora?, Ahora siempre lo digo que he vuelto a una palabra que estuvo muy de moda durante el franquismo: rojo. Yo lo que me siento es rojo. 

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