Fran Pérez Rus reflexiona sobre la relación del hombre y la máquina
Programación cultural
El jienense reflexiona en muestra que llega hoy a la Madraza sobre la dicotomía natural y artificial
Granada/Antes el hombre se disputaba el centro de la creación con Dios pero, desde que el arte decidió eliminarlo de la ecuación, el antroprocentrismo reinaba con más o menos optimismo hasta no hace mucho tiempo. Sin embargo, la humanidad ya no es el punto de apoyo que todo lo impulsa y son muchos los movimientos artísticos que la han desplazado del núcleo cuestionándose sus relaciones con la naturaliza o los robot.
La ciencia ficción o la teoría cyborg prueban que todos estos planteamientos vienen de lejos. Ahora, dos de las últimas exposiciones que podrán verse en Granada hasta el verano demuestran que el concepto está en estos tiempos pandémicos más en auge que nunca. Al menos en el terreno de las artes plásticas.
La primera de ellas, inaugurada el pasado 26 de marzo en La Sala Alta del Palacio de Condes de Gabia, es Traducir un bosque, realizada por Santiago Morilla. El artista madrileño especializado en lenguajes multimedia expone hasta el 20 de junio su línea de investigación sobre la relación entre lo humano y las plantas, así como el feedback que establecen entre ambos.“Me interesa cómo nos relacionamos con los otros, con los animales, con las plantas... Y el reino vegetal que suele ser para nosotros decoración o instrumento”, señala Morilla, para quien “necesitamos un cambio de paradigma, otra forma de relacionarnos con nuestro entorno”.
La segunda es la que estrena hoy mismo Fran Pérez Rus en el Palacio de la Madraza, una muestra en la que su compañero y amigo reflexiona sobre los “robots y cómo estos interpretan y recrean la realidad a partir de sus sistemas de reconocimiento”. Ese el eje argumental de Virtual PlaygroundTM, que podrá verse hasta el próximo 13 de junio.
El autor jienense graduado en Bellas Artes por la Universidad de Granada es también un artista visual especializado en medios digitales. Aunque comparten lenguajes multimedia, en el caso de Pérez Ruz se centra más en la relación del hombre con la máquina para reflexionar sobre la dicotomía natural/ artificial: “¿Un robot no es un ser vivo? En cualquier caso, no es igual de natural que un panal de abejas. Tiende a ponerse, tendemos a oponerlos, pero el hombre forma parte de la naturaleza y por lo tanto sus creaciones también son naturales”.
El artista, con una muestra más escultórica y menos técnica que sus trabajos habituales –“más física”y “con menos cables”– propone dos grandes instalaciones formadas a su vez por varias piezas. En la primera de ellas, simula “una pista de entrenamiento para robots, un lugar donde poder dar forma a los pensamientos de una máquina mediante su interacción con el entorno”. En la segunda, son los humanos los que experimentan en el espacio de la realidad virtual.
Este entrenamiento está basado en el reconocimiento de códigos, formas y colores que articulan un lenguaje propio de la tecnología. De esta forma, se genera un espacio donde las personas son relegadas a meros espectadores de los avances tecnológicos que acontecen. A la misma vez, las máquinas y la inteligencia artificial toman posiciones cada vez más relevantes. “Quiero que el público perciba que hay un experimento pero que no sepa si ha sucedido, está en marcha o sucederá”, comenta.
En Virtual PlaygroundTM, Fran Pérez Rus (Lupión, Jaén, 1986) genera “un espacio de relaciones con el espectador en el que predomina la artificialidad de la propia obra y donde el visitante se encuentra en una posición incómoda, creada por un espacio complicado de definir y situado entre un laboratorio y un plató de televisión.
Como ha demostrado a lo largo de su trayectoria, Pérez Rus estudia en sus obras la relación entre el ser humano y la tecnología, explorando las tensiones ecológicas y medioambientales propias de la sociedad actual. Desarrolla su actividad artística desde un enfoque transdisciplinar, a través de una metodología abierta y transversal, haciendo uso de las posibilidades que ofrece la tecnología en su imbricación con el arte. Al investigar la conexión entre lo físico y lo digital o lo tangible y lo intangible, sus proyectos se muestran como un ejercicio contextual donde el espacio es transformado para generar nuevas experiencias.
Pérez Rus ha realizado proyectos individuales para Galería Suburbia (Granada), Galería Weber Lutgen (Sevilla), Linea de Costa (Cádiz), Sierra Centro de Arte (Huelva), Espacio Islandia (Madrid), Scarpia (Córdoba), o Festival Nemo (Priego de Córdoba). También ha sido seleccionado en certámenes como Facba, Dmencia o Iniciarte, siendo galardonado en Malagacrea o Madatac. En la actualidad, forma parte de otros proyectos como FAR (Foro de Arte Relacional) y colabora con instituciones públicas como la Universidad de Jaume I de Castellón o la Universidad de Jaén.
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