Mahdi Gilbert, el mago sin manos

El canadiense es uno de los mejores cartomagos del mundo pese a haber nacido sin extremidades

Actúa hoy

Gilbert, ayer en el Hocus Pocus. / Rocío Castilla
Efe

Granada, 26 de noviembre 2017 - 02:36

El artista canadiense Mahdi Gilbert decidió hacerle un truco a la vida y se ha convertido en un referente por la perfección de su magia con cartas pese a haber nacido sin pies ni manos, un ejemplo de superación que actuará hoy en la gala de clausura del Festival Mágico de Granada Hocus Pocus, celebrada en el Teatro Alhambra a partir de las 19:00 horas.

La vida le sirvió una mano de cartas complicada, pero Mahdi Gilbert se empeñó en barajar los naipes para buscar una jugada ganadora con la que ha demostrado que las limitaciones no existen.

Este canadiense nació sin pies ni manos, una condición física omnipresente en los primeros minutos de su espectáculo pero que se olvida por la perfección de su técnica como si fuera pura magia.

"Siempre pensé que la magia era un arte perfecto para mí pues consigue lo imposible. Y en mis condiciones era todo un reto. Es lo mejor que me ha pasado en la vida", explica Mahdi.

Este peculiar mago conquistó a sus colegas de profesión con el clásico "agua y aceite", un truco de cartas tradicional con el que hipnotiza y al que ha ido añadiendo dificultad y modificaciones para conquistar a sus compañeros de profesión y al público.

Gilbert demostrará en esta nueva edición del Hocus Pocus que en la magia, como en la vida, las limitaciones no vienes marcadas por un físico porque, con el truco adecuado y el coraje suficiente, el espectáculo está garantizado.

Este joven canadiense se pasó cuatro años practicando con los naipes y fue aprendiendo encerrado en su cuarto a sacar la baraja con soltura, a usar sus muñones para barajar, a crear magia sin manos, hasta que en una fiesta familiar presentó su primer truco y se ganó la emoción de los suyos. Y ya no hubo nada que lo parase.

"No hay nada en la vida que merezca la pena que no cueste trabajo y pasión, pero tanto esfuerzo tiene gratas recompensas", recalca este mago que, junto a otros ilusionistas como Dean Lahan o René Lavand, ha demostrado que hay trucos para salvar cualquier dificultad física.

Gilbert aprovechó ayer su estancia en el Hocus Pocus para sumar a su magia una charla motivacional en la Once, un encuentro para transmitir que no hay nada imposible.

"Todo es posible si se cree con fuerza en uno mismo y en nuestras ideas, por locas que sean", explica este mago que, aunque no se considera ejemplo de nada, ha inventado adaptaciones para hacer realidad su sueño profesional.

"Imagino que al principio verme impacta por mi condición física, pero lo mejor es que esa sensación desaparece poco a poco durante mi espectáculo. Podría decir que la magia lo normaliza todo extraordinariamente", considera este artista, capaz de cambiar naipes rojos por negros a centímetros del público sin que nadie descubra su magia.

Aunque un buen mago nunca desvela sus trucos, el naipe que Gilbert esconde en su magia es la ilusión por superarse y demostrar que no hacen falta ni manos porque el empeño, el esfuerzo y la superación le sirven para dejar alucinado al público.

"Nadie tiene limitaciones, aunque lo parezca o se lo digan, y ese es el mejor secreto que es justo conocer", sentencia este ilusionista capaz de ganarle la partida a la vida que decidió no ponérselo fácil.

Gilbert fue ayer y será hoy uno de los protagonistas de esta XVI edición del Hocus Pocus, un programa dedicado este año al cine que cerrará mañana un cartel muy internacional en el que han hecho magia el venezolano Luis Otero, el japonés Shoot Ogawa, el coreano Ted Kimk o el estadounidense Tony Chapek.

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