El historiador granadino Manuel Titos ha publicado muchos libros a lo largo de su vida: 60 como autor o coordinador. El catedrático de la UGR hasta 2019 ahora publica lo que denomina el un libro "del trabajo de toda una vida”. Para alguien tan bregado en publicaciones e investigaciones, la expresión resumen los días, meses y años dedicados al proyecto que ahora da su fruto en forma de un único volumen: Sierra Nevada, testimonio de un milenio, una obra que resume diez siglos de la formación montañosa que tanto ha recorrido a pie como en lecturas.

El libro, que ve la luz en Comares y cuenta con el apoyo de la Fundación Agua de Granada, es una recopilación de textos que muestran las singularidades de la sierra granadina. Siguiendo un criterio cronológico, reúne un corpus de fragmentos que comprende desde los primeros escritos de los que hay referencia hasta los últimos trabajos publicados en la segunda década del siglo XXI.

Para hacer esta cuidada obra, que se presenta hoy en el Colegio Mayor San Bartolomé y Santiago, ha querido contar con un amigo que lo ha acompañado en numerosas aventuras editoriales: Roberto Travesí, uno de los fotógrafos de naturaleza más prestigiosos de España. “Yo he colaborado con textos en libros suyos y cuando pensé que el libro debía llevar ilustraciones creí que él sería un buen cayado para apoyarme en este recorrido”.

En total, cuenta con el soporte de un centenar de imágenes de paisajes y biodiversidad del fotógrafo granadino, una narración visual organizada sucesivamente en cinco conceptos: el agua, el aire, el paisaje, la flora y la fauna.

Por su parte, el historiador ha seguido un “criterio expansivo” para elegir la nómina de autores incluidos en la antología, la primera de este tipo que se publica de Sierra Nevada. “He querido hacer una muestra lo más amplia posible de lo que se ha escrito sobre Sierra Nevada por eso hay desde textos de escritores a fragmentos de expertos en Minas”. Por ese motivo también no ha querido seguir el criterio del valor literario para seleccionar o excluir firmas en el corpus que conforma la obra, aunque “todos los textos están razonablemente bien escritos y que pueden leerse aisladamente, sin su contexto”.

Además de seleccionar fragmentos de la misma extensión, ha procurado incluir también al mayor número posible de firmas femeninas. “La primera que se incluye es Louisa Tenison, que publicó en 1850 Una mujer en el veleta; la última Lourdes Hernández, una campesina sencilla que ha escrito un libro de memorias que contiene información muy valiosa de los cortijos de Sierra Nevada”. En total “hay 329 textos y casi otros tantos autores porque, salvo pocas excepciones, hay sólo un texto de cada autor".

También ha buscador dejar reflejado tanto el núcleo duro de Sierra Nevada como la periferia: "La Alpujarra, el Marquesado y, con mucho interés, Almería, en cuya provincia se asienta un tercio de Sierra Nevada”.

En el orden que quiera escogiendo, a lo largo de las 340 páginas de esta obra el lector podrá ir descubriendo autores árabes de épocas ziríes y nazaríes, como Ubayd al-Bakri; Galib al-Garnati, que en el siglo XII hablaba del río Genil; Jerónimo Múnzer, en el año 1494; Diego Hurtado de Mendoza, en 1627; Bermúdez de Pedraza, y científicos y escritores románticos, como Boissier, que catalogo la flora endémica de Sierra Nevada y Alejandro Dumas, que recoge leyendas y describe las montañas.

Así, mezclados con extractos de los viajeros del XIX y XIX, el lector encontrará también cuatro textos de Lorca (fascinado por la sierra), Muñoz Molina, Francisco Izquierdo, Luis García Montero, Martín Vivaldi, e incluso artículos de periodistas y de especialistas publicados en medios tanto de ámbito local como nacional. Por ejemplo, algunos de los que Ignacio Henares ha ido publicando en este diario.