El disco Balada en tres tiempos para contrabajo y frases cotidianas (2021) de Rafael Guillén y Xavier Astor fue presentado el 30 de noviembre pasado en el Auditorio Manuel de Falla de Granada. Se trata del segundo álbum en la discografía del poeta Rafael Guillén y contiene grabadas las nueve piezas del cuaderno tamaño partitura con el mismo nombre, publicado en 2013, en el que dialoga con otras nueve piezas para contrabajo solo a cargo de Xavier Astor.

La obra se divide en tres tiempos (Hoy, Ayer y Mañana) y recoge, en la voz profunda del poeta, los aspectos más profundos que caracterizan su reflexión artística. Lo hace introduciendo cada poema, en un ejercicio lírico sutílmente contradictorio, desde una frase de uso cotidiano que inmediatamente deriva en versos de profundidad temática y lenguaje evocador pero preciso. El prefacio, incluido en las páginas interiores del álbum, ya revela alguna pista de ello en palabras del propio Guillén: "Si hablamos de poesía cotidiana, ¿hay algo más cotidiano que el tiempo, que el amor, que la muerte, que esa causa superior a la que para entendernos –para no entendernos– cada cual pone un nombre en su religión? Yo procuro abordar, sí, los temas del hombre de hoy y sus circunstancias pero sin rehuir los grandes temas eternos, los que hacen que ese hombre sea hombre y sin dejar de pensar, desde mis ya bastantes años, que hemos llegado al futuro y que nuestra poesía de hoy ha de ser la poesía del mañana".

Portada de 'Balada en tres tiempos'

Los nueve poemas de la Balada se ilustran o se confrontan con otras tantas piezas de contrabajo solo escritas para ellos. El instrumentista de cuerda, en su propia disciplina artística, utiliza la gravedad de la tesitura natural del contrabajo para dar su particular visión de aspectos contenidos en los versos. Para ello se sirve de un doble juego en el que combina la complementariedad y el contraste. En un continuo empeño de diversificarse y sorprender en su lenguaje, emplea, sobre las cuatro cuerdas del instrumento, una variada gama de recursos técnicos, tonales y estéticos.

La prueba de contraste, que se impone a sí misma la obra, ha supuesto también un reto para el diseñador, que ha plasmado la idea con una portada en la que una gradación cromática de luz, partiendo de obscuros tonos violáceos hasta el blanco, se presenta reflejada en diferentes alturas de una masa de nubes, superponiendo a ello el fragmento de la esfera de un reloj que nos muestra tres horas disponibles, las que se corresponden con los tres tiempos cronológicos de la Balada.

Una vez grabado en 2013, el álbum, que no tiene parangón con otras grabaciones existentes de poesía, descansaba inaudible durante años hasta que Fundación Omnia propuso en 2021 su publicación al salir a la luz una de las piezas. La institución expresó el deseo de incluir en el disco, 1 además, Las calles vacías, crónica poética de la pandemia que ese mismo año hubo de ser grabada transportando una unidad móvil a la casa del poeta. Para esta pieza, el músico se vuelve percusionista y abre el poema y lo acompaña con un gong.