La velada de ayer en el distinguido Carmen de los Mártires fue de las que fidelizan al público del Festival. Un elenco nutrido de cantantes, solista y de instrumentos de época acercaron al público a la música que acompañó al sabio Pablo de Olavide durante su vida. Y es que con motivo del Festival de Música Antigua de Granada, su dirección ha decidido traer al Festival una producción de la propia Universidad Pablo de Olavide de Sevilla hasta nuestra ciudad. En la misma se recrean las música propias de los lugares en los que vivió, lo que unido a la diversidad de lugares y las piezas elegidas crearon un concierto variado, entrañable y elegantísimo.

De la mando de los Directores de Coro de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, y del Coro de Cámara de Granada y de su acertada selección, contaron en la producción con una instrumentación de lujo de violines, flauta de pico, clave guitarra barroca, viola da gamba, percusión y como no, solistas de la categoría de Rocío de Frutos.

Programa

La velada de ayer, conducida por el director Rodríguez Morata con unas sugerentes indicaciones históricas, comenzó con obras en Quechua y villancicos barrocos mejicanos, que permitieron al público disfrutar de esta música tan rítmica y cercana. Brillo la voz de la solista Maribel Hinojosa, Miguel Rodríguez y la anteriormente citada Rocío de Frutos, especialmente en Convidando está la noche, que a la postre sería el bis en este aclamado concierto. Esta música que recreaba la Lima natal de Olavide, dio paso a uno de los grandes momentos de la noche, con la llegada a Madrid y su boda con Isabel de los Ríos. Esta etapa se recreó con dos famosísimas y deliciosas obras, el Fandango de Scarlatti y La música nocturna de Madrid de Boccherini, la conocidísima obra que se incluyó en Masters and Comanders, el solo con la viola da gamba y el carmen crearon un maridaje perfecto.

La siguiente parada del concierto la ofreció Sevilla, ciudad donde los escritos y las publicaciones de Olavide en distintos ámbitos le llevaron a ser una persona muy influyente políticamente, siendo nombrado Asistente de la ciudad y Superintendente de las Nuevas Poblaciones. Obras típicamente sevillanas de los Nebra y el clave fueron los protagonistas de este bloque que dio paso, tras su procesamiento por la Inquisición y encarcelamiento al penúltimo bloque del concierto y de su vida, su estancia en París.

La amistad de Olavide con Rousseau y Voltaire, en el París prerrevolucionario e ilustrado, favorecieron su huida de la cárcel inquisitorial y su establecimiento en la ciudad. Este bloque lo comenzó una obra para guitarra barroca sola, en la que Anibal Soriano, paseando por ambos brazos del palacio embelesó al público.

Uno de los momentos del concierto.

A su vuelta, una preciosa obra coral de Rameau, muy famosa tras su inclusión en la banda sonora de Los chicos del Coro. Las glosas de la flauta, tan acertadas en este bloque musical, aportaron toda la elegancia propia de la música barroca francesa. Finalmente, un dúo, una triste aria en torno a la muerte de Olavide, tras su regreso a Baeza, para pasar sus últimos años en España. Esta etapa fue posible gracias al indulto de las autoridades políticas a Pablo de Olavide, que horrorizado por las matanzas por guillotina, francesas, regresó a España y se estableció en Baeza. La última obra, Jácara de fandanguillo, con un alegre e impetuoso solo de Tomás Toranzo clausuró un concierto con el público en pie, despidió al Coro de Cámara de Granada y al coro de la Univesidad Pablo de Olavide que protagonizaron uno de los más bellos conciertos de la presente VII edición del Festival de Música Antigua de Granada. Gracias Festival.