Entrevista

Pablo Sánchez (Ciudad Jara): "Mantener viva la memoria de nuestros abuelos no es una utopía"

  • El valenciano llega a Granada Alive con su nuevo grupo con el que experimenta un importante cambio de registro respecto a su anterior proyecto

Pablo Sánchez (izq) junto a Tato James en una imagen promocional

Pablo Sánchez (izq) junto a Tato James en una imagen promocional / G. H.

"No es de pogo, pero es un espectáculo que va a dejar buen sabor de boca". Así explica Pablo Sánchez (Valencia, 1980) el espectáculo con el que llega mañana a Granada Alive. Esa explicación es un buen ejemplo del cambio que ha experimentado el propio Sánchez que en 2018 dejó aparcado el proyecto La Raíz, con sus canciones más bailables y combativas, para poner en marcha Ciudad Jara, su nuevo grupo con el que se lanza de lleno a la música de cantautor, una etiqueta con la que dice sentirse muy cómodo.

–¿Cómo ha afectado la pandemia al grupo?

–Creo que ha afectado a niveles generales a toda la industria de una manera muy bestia. Los grupos tenían una agenda cerrada para todo el año que se fue al garete, lo que supone que toda la inversión que habías hecho y la recuperación que tenías en mente no se pudo dar. Entonces a nivel económico fue muy duro, porque hay muchas familias que trabajan de los conciertos y las giras; y a nivel artístico también fue duro porque teníamos un grupo que acababa de empezar.

–Una de sus canciones, Las manos, habla sobre la relación con el público. Imagino que ahora va a recobrar un segundo significado

–Totalmente. Además creo que en todos los grupos hay canciones que cuando ha pasado la pandemia han cobrado un sentido especial y la de Las manos habla de una nostalgia, una añoranza de lo que era la música en directo y, en mi caso que estuve dos años fuera de los escenarios, una añoranza de todo ese mundo.

–Quienes esperasen un disco tipo La Raíz, se habrán sorprendido. Pocas canciones se pueden bailar con un pogo, ¿a qué se debe ese cambio de registro?

–Obedece un poco a épocas de la vida, no tienes la misma energía cuando compones, con 20 años que con 40. La Raíz fue un proyecto que reflejaba una actitud y una energía de una etapa vital que ha cambiado. Los artistas tenemos muchos registros y tenemos muchas influencias y en mi caso quería mostrar muchas cosas que no podía hacerlo con ese grupo. Ha sido un cambio bastante fuerte pero creo que ha sido positivo.

–Ha dicho en varias entrevistas que uno de los motivos que le llevaron a replantear su carrera fue el nacimiento de su hija, incluso el nombre del grupo lleva el suyo. ¿Tanto cambia la paternidad a una persona?

–Sí, cambia muchísimo. Pero no fue porque me cambiara la vida, aunque sí fue un elemento que acompañó, un cierre de etapa, pero no fue un elemento clave o trascendental en el cambio artístico, que vino acompañado de eso, pero no fue la única causa. Era algo necesario para mí y ya llevaba muchos años, estando en La Raíz sin ser padre, y tenía una necesidad a nivel artístico y cultural de mostrar otra cosa.

La Raíz fue un proyecto que reflejaba una actitud y una energía de una etapa vital que ha cambiado

La canción del pensador, con la que presentó el disco, habla de "dolor en singular" y "guardar largas charlas con el diablo" ¿A qué se debe?

–El momento de componer esa canción fue el más difícil para mí. Acababa de transmitir a mis compañeros y a mi familia que yo no iba a a seguir con La Raíz, que necesitaba estar solo. Fue un momento muy difícil, que estuvo acompañado de muchas crisis a nivel personal y psicológicas, ansiedad, depresiones,... que fueron a parar a esa canción.

–En otro tema, Los líderes habla de "la censura como acto conciliador". ¿Cuál es su experiencia con este asunto?

–Con La Raíz sí que tuvimos algunos episodios en los que salimos perjudicados con ayuntamientos y tal... Pero la canción habla de la industria musical y de las pautas que te mandan los cánones y la industria, la gente que mueve los hilos de todo el mundo de la cultura en los que hay veces incluso que te manden un poco el estilo que tienes que seguir. No habla de la censura como tal.

–El nombre del grupo también rememora a Víctor Jara, ¿se siente cómodo con la etiqueta de cantautor?

–Sí, me gusta mucho el mundo del cantautor y que en los ciclos cuenten con Ciudad Jara aunque no seamos un grupo de cantautor al uso, somos más bien una banda. Me gusta estar dentro de ese círculo y tener contacto con esta gente porque al final mucha de la música que escucho viene de ese circulo.

Pablo Sánchez en una imagen promocional Pablo Sánchez en una imagen promocional

Pablo Sánchez en una imagen promocional / G. H.

–En el disco hay un tema con Rozalén y también han hecho versiones con otros cantautores como Road Ramos. ¿Hay un resurgir de este género?

–Creo que sí que ha resurgido un poco con la pandemia, por varios factores: primero porque creo que tienen una energía a la hora de componer y expresarse que acompañaba la situación que estábamos viviendo, que era muy de bajona y de estar con uno mismo; y por otro lado ha influido que se ha aligerado el espectáculo del teatro y hacer espectáculo de una manera muy íntima y cercana.

–Suele asociarse a los cantautores con cierta ideología de izquierda ,¿tiene base lógica?

–Creo que tiene mucha lógica porque la canción de autor viene de la canción protesta y de la canción de autor de posguerra y creo que hemos bebido de eso, de Paco Ibáñez, de Raimon... Lo que pasa es que ahora mismo el espectro de cantautor se ha ampliado muchísimo y no canta sobre eso únicamente, creo que ha quedado obsoleto esa temática. Ahora el cantautor hace muchísimas más cosas, canta de una forma más desenfadada, no hace falta estar enfadado para ser un cantautor ahora mismo.

–Hablando de posguerra, en Siglos de golpes habla de los profesores que guardan la memoria. ¿Es importante no olvidar?

–Es un ejercicio importantísimo que nosotros, al menos los de mi generación, lo hemos tenido muy cercano. Al final, la historia es corta, lo que ha pasado es muy cercano, son nuestros abuelos los que lo han vivido, por lo que no estamos hablando de una utopía mantener viva la memoria de nuestros abuelos o lo que han vivido ellos. Deberíamos estar obligados porque somos una generación muy cercana, son heridas que están super abiertas aún y me preocupa un poco que se pierda un poco el ejercicio de memoria con los años, pero creo que es muy difícil de mantener.

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