Peter Zumthor se une al selecto club de premios Pritzker

El máximo galardón de la arquitectura premia la simplicidad visual y la dependencia de materiales puros y sensuales del profesional nacido en Suiza

Zumthor explica uno de sus proyectos.
Efe / Washington

14 de abril 2009 - 05:00

El suizo Peter Zumthor es el ganador del Premio Pritzker, el máximo galardón en el mundo de la arquitectura y con el que el jurado rinde honores a su extraordinaria destreza. Zumthor recibirá el premio el próximo 29 de mayo en Buenos Aires. El condecorado, que durante 30 años ha trabajado en la remota localidad suiza de Haldenstein, se une así a un elitista club de arquitectos como Philip Johnson, Frank Gehry, Oscar Niemeyer y Zaga Hadid, receptores de ediciones anteriores del premio anual.

Zumthor es uno de los galardonados con una trayectoria menos ostentosa. Según destaca el diario The Washington Post, su obra llama la atención por su simplicidad visual, su dependencia de materiales puros y sensuales, incluida la madera y las piedras locales, y por la cuidadosa integración en el paisaje urbano o natural. Su proyecto de baños termales en la isla suiza de Vals es considerado con frecuencia como su obra maestra. Su estilo se ha ganado el calificativo de purista, con unas líneas tan simples que recuerdan a la filosofía Zen.

El jurado destacó la humildad e integridad de su estilo y su énfasis en principios arquitectónicos básicos. "Su arquitectura expresa respeto por la primacía del lugar, el legado de una cultura local y las lecciones inestimables de la historia arquitectónica", destacó el jurado para explicar su selección.

"En las habilidosas manos de Zumthor, como en las de otros artesanos consumados, los materiales son usados en una manera en la que se celebran a sí mismos, sus cualidades únicas, todo al servicio de una arquitectura de permanencia", destacó el jurado.

Zumthor estudió arquitectura en Suiza y Nueva York (EEUU) y con anterioridad se había formado como ebanista. El lujoso 'spa' que abrió en 1996 después de una década de trabajo cuenta con 60.000 cortes de precisión de lozas de piedra cuarcita instaladas en la ladera de una colina rodeada de altas cumbres. Un par de trabajos en Alemania evocan una espiritualidad similar: el museo de arte Kolumba en Colonia y una austera capilla en una granja cercana. En Austria diseñó el museo Kunsthaus Bregenz, que luce como una lámpara desde el exterior. Pero Zumthor no ha terminado proyectos en Estados Unidos ni en Gran Bretaña. Y el diseñador se abstiene de realizar proyectos de grandes centros comerciales y de edificios de altos precios. "Si alguna vez hago una construcción en la montaña para una persona rica, para él es sólo un refugio en la montaña, y para mí serán tres años de mi vida. Por eso tengo que ser cuidadoso", dijo a Reuters Zumthor. La escasez de su obra y los años de trabajo que pone en cada proyecto le ha convertido en una especie de héroe en una industria donde los arquitectos famosos ganan titulares y comisiones lucrativas por lo que él describe como "bellas imágenes".

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