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Trocitos de solidaridad universal

  • Treinta ONG granadinas de todos los ámbitos celebraron el Día del Voluntariado en Puerta Real

Existe una feria en la que no hay columpios, ni tómbolas, ni tampoco nubes de azúcar. En los puestos de la Feria de las ONG, que se ha desarrollado en Granada, lo que se vende es un poco de solidaridad. Solidaridad con Perú -después de que un terremoto dejara las zonas más pobres devastadas-, con África -que mantiene las tasas mundiales más altas de pobreza- pero también, con los granadinos que han tenido problemas con el juego o con las familias que han sufrido de cerca la enfermedad del cáncer de mama. En realidad, en Puerta Real se han dado cita treinta asociaciones de todos los ámbitos que han querido abrir una ventana a todos aquellos que quieran colaborar y a los que quieran ir más allá e implicarse en el problema.

Estos últimos, los voluntarios, que ayer celebraban su día oficial -Día Internacional del Voluntariado-, como cualquier otro día trabajaron para su organización. "Normalmente mi sitio no es estar en un stand sino en los barrios o en los pueblos en los que necesitan ayuda, pero la verdad es que el apoyo aquí es necesario para colaborar allí", decían.

Los representantes de las 522 ONG que hay en Granada consideran que los ciudadanos no han defraudado en esta cuarta edición. "Incluso, alguna entidad ha conseguido hasta once voluntarios para colaborar con ellos", manifestó el coordinador provincial de la Agencia Andaluza del Voluntariado, Néstor Fernández.

Y es que a pesar de que en Granada hay 15.000 voluntarios, las asociaciones reconocen que, en ocasiones, no es fácil mantener una plantilla fija para estas tareas. "La mayoría de los colaboradores son jóvenes que estudian, trabajan y hay veces en las que su tiempo se reduce por exámenes u otras diversas razones. Y no hay que olvidar que esto es totalmente altruista", comentan. Precisamente por esto, ahora empieza a surgir otro perfil de voluntariado, el de las personas mayores, jubiladas o, incluso, amas de casa que después de aparcar su vida laboral quieren empeñar su tiempo en ayudar a los demás.

Ellos, que ya saben lo que es sentarse a comer con los que no tienen nada, enseñar a leer a personas que superan los 70 o ayudar a los que tiene dificultad para moverse a salir a la calle, son los primeros que invitan a los granadinos a hacerse voluntario o a colaborar con aquellas causas que rescatan del olvido "a los olvidados" y "den voz a los que la tienen silenciada". En este sentido, dicen, ojalá fuese Navidad durante todo el año.

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