No es la primera vez que el tándem formado por los profesores María Luisa Bellido y Belén Mazuecos dan forma a una gran exposición que abre las infinitas posiciones del arte contemporáneo a otras circunstancias. Fue espectacular y de unánime recuerdo la muestra Selección Natural en la que se conjugaba a la perfección la visión de artistas contemporáneos -casi todos relacionados con la Universidad de Granada, bien porque hayan sido alumnos de la Facultad de Bellas Artes, bien porque sean Profesores de la misma o bien porque estén estrechamente a ella vinculados- sobre distintos aspectos de la Naturaleza, su evolución y algunas especialísimas circunstancias; obras de arte que mantenían un silente diálogo con una serie de ejemplares sacados de la colección del Departamento de Zoología de la Universidad. Porque uno de los grandes problemas que ha tenido este tipo de instituciones públicas, como es la Universidad, es su gran cerrazón y su escasa apertura hacia la ciudadanía.

La Universidad de Granada, desde hace unos años, ha venido afianzando su status social y generando vías de integración hacia la sociedad. En eso, tanto María Luisa Bellido y Belén Mazuecos han buscado siempre el acercamiento del patrimonio universitario al pueblo, diluyendo fronteras y acentuando una conjunción perfecta entre lo que se atesora y lo que se ejecuta en un momento de inusitado esplendor artístico.

Con un conocimiento total y absoluto de la colección de arte contemporáneo de la UGR y un sabio concepto sobre la contemporaneidad plástica, las profesoras han vuelto a dar testimonio de cómo se puede configurar una gran exposición con lo que se tiene y con lo que se busca. Actuando, además, en un proyecto amplio de actualidad: la conmemoración del ciento cincuenta aniversario del nacimiento de un granadino ilustre, Mariano Fortuny y Madrazo, del que, en estos últimos meses, la ciudad se llenó de todo su amplio potencial creativo y muchas fueron las actuaciones que tuvieron lugar en torno a su figura para dar a conocer un legado extenso y un discurso creativo que pudo llegar a casi todos.

La Universidad de Granada, con muy buen criterio, se ha encargado de que la parte del arte contemporáneo también tuviese un hueco en esta amplia programación en torno a Madrazo y contribuir a engrandecer su realidad artística. De esta manera, comienza la andadura de Al Hilo de Fortuny, vestido, identidad y arte contemporáneo, una exposición que se una a los actos del proyecto Universo Fortuny, concebido por la Asociación FortunyM Culture, dentro de la conmemoración del nacimiento de este creador que fue artista total no sujeto a un solo planteamiento creativo y un artista cuyos múltiples esquemas y abiertos registros han podido conectar, a la perfección, con los vastos postulados de la plástica contemporánea.

Artistas

La exposición situada en el Palacio del Almirante, pleno barrio del Albaicín, ofrece un medido y estudiado recorrido por todo lo relacionado con el vestido, los tejidos y, por extensión con todo el concepto interpretativo de la identidad; todo bajo el patrón -nunca mejor utilizado el término– de la figura de Fortuny Madrazo y su legado en torno al mundo de los tejidos. La muestra se nutre de veinticinco piezas extraídas de la importante colección de Arte Contemporáneo de la Universidad de Granada, además de otras veintidós obras de artistas invitados. Estas piezas se estructuran en cuatro secciones temáticas: La Fábrica de tejidos, El Atelier de costura, Patrones del cuerpo e identidad y Vestido y otredad. Tales discursos expositivos desarrollan un amplio contenido donde el vestido, las telas, la propia confección de las mismas constituyen unas metáforas del cuerpo que actúan provocando nuevas identidades y organizando interactuaciones entre lo real y lo ficticio, entre el cuerpo y ese disfraz que lo envuelve para crear nuevas posiciones.

En la Fábrica de tejidos se recrea una fábrica de telas, evocando la Fábrica Fortuny que el artista granadino tenía en la isla veneciana de la Giudecca. Autores contemporáneos como Javier Garcerá, Mari Ángeles Rodríguez Cutillas, Paloma de la Cruz, Vicente Brito, Fernando Romero, David Escalona, José Piñar, Federico Miró y Mariana Piñar Castellano, plantean los tejidos como realidades artísticas partiendo de una pieza textil del propio Mariano Fortuny, “Algodón estampado azul índico”.

La obra de Raúl Molino y la pieza de Joaquín Peña-Toro al fondo.

En el Atelier de costura, todo parte de aquel taller que Fortuny poseía en el Palacio que fue de la familia Pesaro y que llegó a ser el estudio del artista, el centro de su trabajo y hasta su residencia. Todo se dispone para recrear un taller de trabajo. Una obra de Pedro Cuadra, recrea fidedignamente un espacio veneciano, con un trampantojo de una bella tela que se proyecta sobre el muro. Junto al pintor granadino nos encontramos con obras de vestidos diseñados por Jesús del Pozo, Luis Casablanca, Joaquín Francisco Araujo, Raúl Molino, Javier Larrainzar, el cuadro que dio pie al cartel del Corpus del año 2017, de Joaquín Peña-Toro, con la Tarasca como protagonista y ese paradigma sobre la moda del momento, que lleva consigo el entrañable personaje popular. La segunda sección se completa con la participación de la propia Belén Mazuecos. Su vestido de novia es intervenido para conformar una instalación donde el concepto de las relaciones matrimoniales es el jugoso centro neurálgico.

En la tercera sección, Patrones de cuerpo y la identidad, el vestido es el protagonista como representación del cuerpo y proyecto de ciertas identidades que el mismo proporciona. Obras del gaditano José Antonio Chanivet con su dominio absoluto del dibujo; de Ángeles Agrela con esa pintura de modelos femeninos en inquietantes actitudes. Y junto a la pintura fotografías de Diego Martín Fernández, Cristina Capilla, Mamen Lorenzo y Adriá López, así como una serie de planteamientos experienciales de Uxía Paz Gómez.

Por último, el cuarto desarrollo expositivo asume la realidad del vestido como protección y modo de actuación que permite inferir a la persona identidades distintas. Obras de Guillermo José Valdell, María Ojeda, Laura Segura, Miriam Martínez Guirao, Marta Rico, Mariló Entrambasaguas y la videocreación reivindicativa de Sophia Elena Aitken.

Como era de esperar la exposición comisariada por María Luisa Bellido y Belén Mazuecos nos adentra en las profundidades de la esencia del arte más inmediato; ese que postula posiciones diferentes y conceptos abiertos donde todo queda supeditado a una intervención artística contundente y poseedora de esos esquemas donde la realidad adopta infinitos argumentos. El Universo Fortuny ha sido el germen motivador de una muestra donde el conocimiento del arte contemporáneo hace que se produzca ilimitados y expectantes encuentros.