Amancio Prada: "En el camino de la vida Lorca me ha dado mucho que cantar y Machado mucho que pensar"

El cantor protagoniza la noche del viernes del Parapanda Folk, celebrando 50 años de una vida ligada a la música y la poesía

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Amancio Prada en una de sus últimas actuaciones
Amancio Prada en una de sus últimas actuaciones / G. H.
M. Valverde

Granada, 25 de julio 2025 - 03:15

El cantor leonés Amancio Prada protagoniza la noche del viernes del Parapanda Folk de Íllora, celebrando en Íllora 50 años de una vida ligada inevitablemente a la música y la poesía. Lo hace además después de recibir el Pozo de Plata de la Diputación de Granada "por su excepcional labor de unir música y poesía".

Pregunta.Últimamente le está tomando el gusto a venir a Granada… Hace unas semanas le premiaban con el Pozo de Plata en la tierra de Lorca y ahora viene a Íllora a cantarle a la tradición en un festival que en esta edición rinde su homenaje a Antonio Machado, posiblemente uno de los poetas que más le han acompañado en su carrera…

Respuesta.He ido muchas veces a Granada últimamente, sí... La primera vez fue en el 79 y hasta ahora. Tanto Lorca como Machado han sido excelentes compañeros de viaje y lo siguen siendo; de ese camino de la vida. Lorca me ha dado mucho que cantar y Machado me ha dado mucho que pensar.

P.¿Un cantautor está ‘condenado’ a no poder alejarse de la poesía?

R.Creo que toda canción lleva dentro una poesía, que puede estar escrita por uno mismo o por otros. Para mí un poeta es un hombre extraordinario que expresa lo que siente uno cualquiera, y ya después cada uno establece una especial sintonía con esos determinados poetas que justamente dicen lo que uno siente. Una forma de expresar ese sentimiento es poniéndole alas a la voz del poeta, al poema. Es una forma de interiorizarlo para que luego salga convertido en canción y ya entonces es un dardo que va directamente al corazón.

P.¿Llega un momento en el que, al ir leyendo un poema, lo hace poniéndole ya directamente la música en su cabeza?

R.A veces ocurre así. A mí me ha sucedido eso con Álvaro Cunqueiro, por ejemplo, a quien le dediqué un disco. Precisamente, al mismo tiempo que componía las canciones de Cunqueiro musiqué algunos de los sonetos de Lorca y es curioso porque, así como las canciones de Cunqueiro salían como solas, a los sonetos de Lorca tuve que darle más de catorce vueltas a cada uno. Para mí lo importante es que un poema, más allá de la emoción, te inspire el canto. A veces es un solo verso el que te da la pista… Dicen que los dioses les dictan a los poetas el primer verso y que el resto ya tienen que labrarlo y sacarlo de ellos. Con la canción a veces pasa lo mismo: hay un verso que te suena como una música y tirando de ese hilo todo el poema acaba convirtiéndose en canción. Es un proceso apasionante porque tampoco sabes cuándo va a terminar, si es que termina, porque una canción para mí no se acaba nunca.

Prada recogiendo el Pozo de Plata 2025
Prada recogiendo el Pozo de Plata 2025 / Efe

P.Imagino que el público también tiene parte de culpa en ese proceso, de que la canción se siga rehaciendo...

R.Mucha… Creo que lo más importante es ese diálogo que se establece entre el público y el cantor. Influye el lugar, influye tu estado de ánimo, influyen cosas que no sabes que influyen. Y, a veces, aparece el duende.

P.¿Le gusta autodenominarse cantor?

R.Me gusta mucho la palabra y el significado de cantor porque está muy cerca de cantaor. Me interesa la música, la canción, el canto jondo, el que sale muy de dentro, de las entrañas, y que no puedes evitar. Ese es el canto que tiene para mí más sentido; el que en cierto modo se te impone

P.¿Echa en falta más poesía en algunas de las músicas actuales?

R.Sí, aunque en todos los géneros musicales hay verdad y hay mentira. Hay quien canta de verdad, aunque sea deshilachadamente, pero si es lo que siente y lo que le atormenta, lo que le vuelve loco, seguro que atrapará también a un público que a lo mejor no se queda prendido por un soneto de Lope de Vega. No todos tenemos la misma forma de sentir, ni el mismo acento, ni la misma mirada. Y eso es lo bonito también de la música, que va evolucionando…

P.Y por eso perdura…

R.Es que caminamos sobre huellas. Lo que uno hace es fruto de todo lo que ha oído y de todo lo que ha vivido; fundamentalmente de todo lo que ha vivido. Yo tengo una actitud muy abierta, siempre intento asomarme a lo que hacen otros, por muy distinto que sea a lo que yo hago, y en todos los géneros, en todos los estilos, siempre hay alguien que llega con la antorcha de la verdad.

P.¿Cómo de grande es el vértigo de ‘pensarse’ con 50 años de trayectoria en la música?

R.No lo pienso. Yo realmente me siento igual que cuando tenía 20 años. Canto con la misma emoción y trato de hacerlo cada día mejor. Por eso estudio, por eso sigo leyendo, por eso sigo tocando la guitarra tantas horas todos los días... Y esa afición no merma, al contrario, no merma la emoción ni la afición. Y en ese sentido me olvido del calendario.

P.¿Toca mucho y canta mucho aunque no tenga un concierto próximo a la vista?

R.Todos los días canto. A veces me preguntan cómo conservo la voz y no sé qué decir, porque no la conservo con nada, creo que igual es cantando... Es un instrumento y los instrumentos, cuanto más se tocan, mejor suenan. Las cuerdas vocales también.

P.¿Qué le sedujo en sus inicios de la música tradicional para que, cincuenta años después, ese idilio continúe?

R.Yo me recuerdo cantando siempre, desde que era niño me gustó cantar. Soy un niño de un pueblo muy pequeñito; mis padres eran labradores y, en aquellos años había tanto silencio alrededor que solamente los pájaros y los animales y las voces humanas lo quebraban. Y no era quebrar el silencio, sino habitarlo. Cantar era una forma de estar solo y era una forma también de estar con los demás. Era una forma de consuelo, de celebrar la fiesta después del trabajo realizado. Y de esa memoria guardo muchas canciones populares.

Actuación de Amancio Prada frente a la casa natal de Federico García Lorca
Actuación de Amancio Prada frente a la casa natal de Federico García Lorca / Efe

P.¿Cuáles han sido sus grandes hallazgos en torno a la tradición en este tiempo?

R.La mayor parte de mi discografía es de contenido monográfico. Tengo varios dedicados a Rosalía de Castro, que fue uno de mis primeros amores. A veces en Galicia me dicen: ¿y cuando vas a cantar por ahí entienden a Rosalía? ¡Pero bueno!, ¿cómo que si entienden a Rosalía? Viven y vibran con Rosalía. El poeta se instala en un perenne presente y cuanto más profundas son sus raíces, más largas son las ramas, más pájaros vienen a posarse en ellas y más alas tiene su canto. Yo he descubierto mucho en Jorge Manrique, en San Juan de la Cruz, en Agustín García Calvo, en Álvaro Cunqueiro, en Federico García Lorca, en Bécquer… Bécquer es de los últimos y sí que me sucedió eso de encontrarme de pronto con un poema, Espíritu sin nombre, que me ha vuelto loco. Me parece que es como un torbellino; un poema donde el yo se confunde con el universo y me gusta mucho esa idea. Somos parte, formamos parte, de un todo tal vez infinito.

P.¿Le gusta pensar en la perdurabilidad de su música, que forme parte del legado y la memoria cultural de otras generaciones al igual que usted bebe de quienes les precedieron?

R.No tengo esa preocupación. Procuro hacer lo que hago lo mejor que puedo y creo que es el propósito que debiéramos tener todos en la vida: hacer aquello que hagamos, sea lo que sea, bien. Somos eslabones de una cadena y nos damos la mano unos a otros y todas las manos tienen que aportar algo. Como decía mi madre: manos que no dais, qué esperáis. En la medida en que tú hagas bien lo que te corresponde, puedes esperar que el otro haga también lo suyo, y ya ahí se establece una armonía, una complicidad gustosa, complaciente y beneficiosa para todos: pasar por el mundo dejándolo un poco mejor de como lo encontramos. Ese es un buen cometido.

P.¿Qué poetas le acompañarán este viernes en el Parapanda?

R.Pues en eso estoy, volviéndome loco, porque son tantas canciones que me apetece cantar... Puesto que en esta edición sobrevuela la figura de Antonio Machado, habrá algo de Machado, que es uno de los poetas que me han guiado en el camino. Durante mucho tiempo viajé como un hippie con un bolso colgado del hombro donde siempre llevaba un librito pequeño rojo con sus poemas que conservo de la colección Aguilar de bolsillo. Machado ha estado mucho conmigo y he descubierto los poetas que resuenan en Machado y resonancias de Machado en otros poetas, cómo ha influido en tantos poetas… Además de Machado, me dejaré guiar por mi memoria, por las canciones que tengan esa gracia inimitable de lo popular. Yo canto lo que recuerdo y canto lo que me han enseñado amigos mayores que yo. Siempre he tenido la costumbre o la tendencia de arrimarme a gente más inteligente que yo, mayor que yo, y eso ha enriquecido mi memoria, mi vida.

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