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El boogaloo de Elêctric Gozarela llega a Granada

  • La sala Boogaclub acoge esta noche a los músicos de Barcelona con un concierto al servicio del baile

Aunque ellos proceden de Barcelona, de la periferia de Barcelona, puntualizan, Elêctric Gozarela se apuntan al ritmo más caliente que sonaba por los barrios neoyorquinos de Harlem y El Bronx durante los sesenta. El boogaloo era la denominación que se daba a la música que practicaban los hispanos de segunda generación en sus calles. Generalmente cantada en inglés -y a veces en un incipiente spanglish-, el boogaloo recogía la influencia norteamericana del rhythm&blues, el rock and roll, el soul y más tarde el funk, pero incorporaba elementos del mambo, la salsa, el cha-cha-chá, el calypso y otros ritmos que habían hecho el trayecto entre África, el Caribe y finalmente la Costa Este de los Estados Unidos.

Se trataba de una música directa e infecciosa que cedía el protagonismo a las congas, la marimba y otros instrumentos con denominación de origen afro-latino. Muchas de sus figuras se acabarían convirtiendo en leyendas del latin-jazz, pero en sus inicios Ray Barretto, Mongo Santamaría, Pucho & The Latin Soul Brothers, Willie Colón o Joe Bataan facturaban irresistibles temas con aire sixty y sabor caribeño que llenaron de colorido sus barrios y cautivaron a sus vecinos. No es casual, pues, que el primer álbum de Elêctric Gozarela se titule Come To El Barrio, como tampoco lo es que el grupo se haya formado en Barcelona, una ciudad que se ha caracterizado por no respetar la pureza de los géneros musicales, sino más bien por su vocación mestiza.

Hoy lo presentan en BoogaClub a partir de las nueve y media de la noche. Trompetas, trombones y tumbadoras al servicio del baile entre ye-yé y latino, a cargo de una banda debutante pero formada por algunos de los más inquietos y veteranos músicos de la escena barcelonesa. Miembros de Muchachito Bombo Infierno, Coetus, La Familia Rústika, A Contrablues, Derrumband o Aerolíneas Subterráneas conforman un octeto experimentado en poner al respetable a gastar suela que ahora se han agrupado para dar rienda suelta a su devoción por el boogaloo, el ritmo más alegre y festivo de los puertorriqueños del Spanish Harlem.

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