El concierto más especial del año de los Lori Meyers, envuelto en polémica

El miércoles, la banda granadina Lori Meyers anunciaba a través de sus redes sociales su regreso, cinco años después, al Wizink Center, en Madrid, una ciudad "a la que siempre nos hace especial ilusión volver", según ellos mismos afirmaban. El día escogido, el 30 de diciembre, daba aún más brillo al concierto de los lojeños, al tratarse de una especie de concierto de previa de Nochevieja.

Para sacar más pecho aún, el cartel del concierto corrió a cargo de Sergio García, ilustrador que ya había colaborado con los Lori para la elaboración de la portada de Espacios infinitos, su último disco que vio la luz en 2021. En esta ocasión, y con un estilo claramente identificable con el trabajo del accitano, aparecen los distintos miembros del grupo indie, fusionados en un solo miembro, de tres cabezas, y desempeñándose con todos los instrumentos y voces posibles.

Esa alegría, sin embargo, quedó pronto empañada cuando se dieron a conocer la lista de precios para este concierto tan especial y, especialmente, lo relativo a la Zona VIP y Golden, que enseguida generaron malestar entre los seguidores, y no tanto, de la banda.

La Pista Golden tenía un precio de salida de 45 euros por persona, con la única ventaja de estar a pocos metros del escenario, y separados físicamente del resto de espectadores. Aunque, más cerca aún estarán los que paguen los 150 euros de la Zona VIP del Wizink Center.

Estos 'afortunados' también podrán disfrutar de otras ventajas, como una entrada exclusiva y diferente al resto de fans, recepción con azafata y copa de cava, ropero y barra libre o poder acceder, durante tres canciones, a las pruebas de sonido del concierto. Y es aquí donde ha empezado a surgir la polémica.

Han sido muchos los que criticaron la inflación de estos precios y el elitismo que aporta para aquellos que puedan, o quieran, pagarlo. También son muchos los que critican que, por precios mucho más bajos, se puede disfrutar de un directo de los Lori en cualquier festival, de hecho fueron uno de los integrantes del cartel del último Granada Sound.

Uno de los términos más repetidos ha sido 'turbocapitalismo', para referirse a cómo se ha mercantilizado en los últimos años la música, exponiendo algunos usuarios de redes sociales cómo, hace cinco años, no existían esas diferencias tan abismales entre quienes pagaban una u otra entrada, insistiendo también en cómo otros grupos no han necesitado de ella para llenar el Wizink.