"Un día descubres la voz de Pepe Mujica y todo cambia", el día que el expresidente de Uruguay visitó Granada

"¡Usted es Pepe Mujica" Es la única persona en la que confío como político", le espetó un desconocido al expresidente uruguayo, fallecido este martes a los 89 años, cuando llegó a la estación de tren de Antequera, paso previo a su llegada a La Zubia para participar, en 2018, en el Festival de Poesía en el Laurel, donde recibió el Laurel de Plata. "Un día descubres la voz de José Pepe Mujica y todo cambia", dijo Pedro Enríquez, director del Festival, en el momento del acto.

Más de 500 personas de todas las edades hicieron cola para poder ver al uruguayo en aquel agosto de 2018, algunos con la bandera del país latinoamericano en las manos, en la puerta del convento de San Luis El Real. "¡Queremos ver a Pepe Mujica", espetó una docena de vecinos -incluida una anciana- que se quedaron sin entrar porque no tenían entrada. No venían a ver una estrella del rock, ni al Papa, pero generó, como definió Enríquez, "un entusiasmo religioso".

Vestido con camisa azul, vaqueros y unos crocs, Mujica subió al escenario para ofrecer al respetable un discurso contra el sistema capitalista y sus fallas. El expresidente apeló a la cultura diciendo que "si no cambia la cultura, no cambia nada", y como motor de transformación en una sociedad dominada por "el consumismo, el odio, la conciencia puritana y la palabra ahorro". El cambio, la revolución, sólo es posible, reflexionó, cuando surgen "nuevos parámetros culturales que guían a la gente".

Para él, que no hace "apología de la pobreza, sino a aprender a vivir con sobriedad", "vivir siempre es un acto de creación y de compromiso". Mujica se despidió con una frase magistral: "Hay una libertad que hay que ganar en la cabeza y depende de cada uno".