No diga Diesel, diga Súper

Vin Diesel en 'Riddick'.
M. J. Lombardo

12 de septiembre 2013 - 05:00

Tercera entrega de la franquicia crossmedia de aventuras futuristas y apocalípticas avanzada con Pitch black y Las crónicas de Riddick, Riddick condensa bajo su envoltorio de serie B ultradigitalizada mezclada con cartón piedra muchas esencias clásicas que ponen a sus evidentes ingenuidad y limitaciones un agradecido punto de autoconciencia y solidez que la hace un producto altamente recomendable en tiempos de ampulosidad, falsa sofisticación y despilfarro.

Y es que no es fácil encontrar hoy títulos emparentados con el videojuego o la fantasía heroica de ciencia-ficción capaces de detenerse durante media hora en los solitarios procesos de supervicencia, entrenamiento y recuperación de su protagonista, un Vin Diesel con gasolina Súper, ojos brillantitos y musculatura justa, en un planeta de polvo y bestias, ni que se entreguen al dibujo de las relaciones hawksianas entre sus personajes mientras los aromas y derivas del viejo western y una voz en off en primera persona salida del cine negro sobrevuelan el duelo entre nuestro renegado fugitivo y una cuadrilla de mercenarios malencarados con los que Jordi Mollà se mimetiza de maravilla.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último