Entrevista a Antonio Lizana, músico

“El entorno implica un acento especial”

  • El músico gaditano recala esta noche en el Festival de Jazz de Almuñécar 

  • Su último trabajo es un paso adelante en lo musical pero también en la implicación social

“El entorno implica un acento especial”

“El entorno implica un acento especial”

Antonio Lizana (San Fernando, Cádiz, 1983) es saxofonista, compositor, cantaor, flamenco de cuna y jazzista de formación. Todo esto lo convierte sin lugar a dudas en uno de los artistas más genuinos y con mayor proyección de la escena musical actual gracias a un magnifico trabajo innovador que aúna jazz, flamenco y músicas del mundo. Un maridaje homogéneo y orgánico donde las etiquetas empiezan a carecer de sentido, dando paso a una realidad sonora propia con la que llega hoy al Festival de Jazz en la Costa.

Desde la publicación de su primer disco, Lizana ha recorrido los escenarios de los mejores festivales de jazz de Europa, Asia y América ofreciendo siempre un espectacular directo, vibrante y lleno de intensidad. Un viaje de Cádiz a Nueva York que le ha llevado a colaborar con grandes músicos como Marcus Miller, Miguel Ríos, Raimundo Amador o José Mercé. Y de forma muy especial, con el proyecto de la formación ganadora de unGrammy Big Band de Arturo O’Farrill en Nueva York en calidad de saxofonista, cantaor y arreglista.

Su proyecto cuenta con tres álbumes editados por Sony Music: De viento, Quimeras del mar y su último trabajo, Oriente, un disco abierto a nuevos sonidos, un paso adelante no solo en lo musical sino también en su implicación social. Fronteras, el tema que abre el álbum, es el mejor ejemplo: “…Fronteras pintadas al azar, el tiempo las volverá a borrar”.

–Ser de Cádiz… ¿ya predispone?

–Imagino que inevitablemente, nos criamos en un entorno, lo que implica un acento especial, una manera de expresarte, una música que suena en la calle e imagino que algo de eso se refleja en el carácter.

–¿Qué influencias tienen sus dos ‘yoes’, como cantaor y como saxofonista?

–Pues como cantaor, siendo de San Fernando, es imposible que no sea Camarón. Llevo escuchándolo todo la vida y me sé todo los discos sin darme cuenta… Como saxofonistas veo varios: Kenny Garret, Jorge Pardo, Cannonball Adderley, Perico Sambeat…

–¿Cómo fue su experiencia O’farill…?

–Fue un regalo, un caramelo que a veces te da la vida sin esperarlo. Me encontraba como artista invitado en una Big Band, donde muchos de sus miembros eran artistas a los que yo admiraba profundamente, los seguía por internet y tal… de repente estaban felicitándome.

–Usted calla la boca a los que piensan que en flamenco y jazz juntos estaba todo dicho ya… Al parecer no es así…

–Pienso que aún hay muchas cosas por hacer. Cada vez hay más músicos con un conocimiento profundo en ambas tradiciones y esto está dando muchos frutos.

–En su bio me encuentro a un granadino de pro: Miguel Ríos…cuente, cuente…

–En su tema Bye bye Ríos, yo formo parte de la sección de metales y hago un pequeño solo al final. Tuve el placer de conocerle y de comprobar que es una persona encantadora.

–Y también ha invitado en ocasiones a otro granadino, a Julián Sánchez…

–Tuve esa suerte. Para mí, uno de los mejores trompetistas del momento, nos conocemos desde hace varios años ya.–

Me comentan que es hijo del placentero vinilo… ¿Cómo renueva ese placer con los formatos nuevos y mínimos, con un pin de memoria por ejemplo?

–De muy pequeño no hacía más que oír los discos de vinilo de mi padre. En mi caso el cambio de formato me ha afectado porque, con el paso del vinilo al formato, rara vez escucho un disco entero, tiene que gustarme mucho. Antes los escuchaba hasta aprendérmelos.

–Viene a Almuñécar, no se quejara de la falta de atención de los festivales a los músicos locales, ¿o sí?

–La verdad es que actuamos bastante. Eso se debe por una parte a que el grupo está muy implicado en el proyecto y por otra al trabajo de oficina de mi amigo Toni y mío.

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