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De espectador a usuario de cine

  • Ricardo Cueto, programador del Festival de San Sebastián, pronuncia una conferencia en la Facultad de Comunicación sobre los nuevos modos de ver cine

Que los cinéfilos de sala oscura y versión original dejen de mirar por encima del hombro a los que ven películas en su humilde ordenador. Es la primera conclusión de la conferencia que ayer impartió Roberto Cueto, profesor de Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III y miembro del comité de selección del Festival de San Sebastián, en la Facultad de Comunicación y Documentación. "Hay que ver no solo qué películas ve la gente sino también cómo, dónde y por qué consume estas películas", explicó Cueto en la segunda conferencia del II Curso en Medios Audiovisuales y Periodismo en la Era Digital. "Hay una casuística muy variada, no hay una única manera de ver películas como se nos ha querido vender en muchas ocasiones, eso de que el cine solo se puede ver en una sala de cine", prosigue en alusión a los puristas del cine club. En su opinión, "desde los primeros tiempos de la historia del cine ha habido una tendencia a la exhibición doméstica de películas, una cosa que siempre ha estado ahí pero que en muchas ocasiones la tecnología no ha permitido que esta experiencia fuera tan gratificante como ahora".

Pero con la revolución digital y la llegada de nuevos artefactos como el iPhone 2, "se puede llevar al ámbito privado la experiencia del cine". "Esto está revolucionando el panorama y en vez de hacer discursos apocalípticos sobre esto habría que celebrarlo porque no nuevas formas de consumir", continúa. Y al igual que hay determinada música que se escucha en el coche y otra cuando se toma una copa con los amigos en casa, "hay películas que se pueden ver en el cine, otras en casa y otras en el teléfono móvil". ¿Se identifica a veces al consumidor de cine por internet con el mal gusto a la hora de seleccionar películas? "Exactamente, está muy demonizado", responde Cueto. "Se cree que es gente que de alguna manera maltrata el cine, pero en mi caso estoy acostumbrado a ver cómo mis alumnos ven cine en el ordenador porque no tienen espacio propio y encuentran en el ordenador un espacio privado para ver lo que quieran". En resumen, ver cine en el ordenador no implica "que su concepción de Godard sea peor del que ha visto sus películas en el cine". Es más, según el profesor, en muchas ocasiones es preferible ver el cine en casa porque hay salas de proyecciones que tienen peor calidad que la que da una televisión de plasma. En resumen, ya no hay espectadores sino usuarios de cine.

Otra de las ventajas del cine en 'pequeña pantalla' es que convierte al espectador en programador. "Todo esto nos lleva pensar que hay que potenciar esta manera de ver cine porque viene a potenciar la cultura cinéfila y beneficiará a la producción de cine, oponerse a esto es un suicidio". Pero todavía queda en el imaginario popular la sala de proyección como un santuario del cine. Y eso que ir al cine es muchas veces "una experiencia frustrante".

Respecto a la actualidad de los festivales en España, con la polémica por la denuncia de la Fiscalía de Barcelona al director del Festival de Sitges por la exhibición de A serbian film -por presunta exhibición de pornografía infantil-, Cueto muestra su perplejidad. "Hay una confusión muy grave entre realidad y ficción porque es una película en la que no se ha maltratado a nadie , es un película de ficción en la que por supuesto no hay maltrato a ningún menor ", denuncia. "Y ya el colmo es denunciar al programador", continuó en referencia a Ángel Salas, director del Festival de Sitges. ¿Inquietante? "La correción política lleva a un a confusión entre realdiad y ficción, es legítimo que haya gente a la que le parezca una película dura o excesiva, pero es un debate que no debe salir del ámbito cinematográfico", concluye Cueto.

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