Arte y provocación es el título de la muestra organizada por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Granada y que podrá verse Centro Cultural Gran Capitán (Edificio Hermanitas de los pobres) a partir de hoy día 7 de junio de las 20:00 horas, hasta finales del mes siguiente. El título de esta exposición puede definir perfectamente lo que fue la vida del malagueño Miguel de Molina, cantante de copla español.

Arte y provocación

En un momento tan idóneo como es la conmemoración del centenario del Concurso de Cante Jondo, la muestra recoge fotografías, objetos, documentos, etc., del artista y de su vida. Gracias a Alejandro Salade, presidente de la Fundación Miguel de Molina, se podrá disfrutar de ella. En la exposición, según Salade, se vuelven a enfrentar Lorca y Molina. Destacar también que la madrina de esta exposición es Diana Navarro y el padrino Luis García Montero.

La muestra tiene como objetivo dar a conocer la figura del artista desde un punto de vista más personal, vanguardista y enriquecedor. Arte y provocación recorre los momentos más importantes de su vida artística y social, con más de un centenar de piezas originales. Se busca reflejar la vida del artista y de su obra para aquellos amantes e la copla y del arte en general, acercando el patrimonio de una figura española que tuvo que verse obligada a abandonar su país.

Miguel de Molina

Desde joven sus aptitudes artísticas sobresalían y acabó convirtiéndose en uno de los puntales del género de la copla por su personalidad única. Actuó para los republicanos hasta que Franco comenzó su dictadura. Debido a su vida, su orientación sexual, su pensamiento y su ideología, acabó torturado y exiliado de su país. En Buenos Aires también tuvo problemas por ser homosexual y tuvo que exiliarse a México hasta que se le pidió que volviera a Argentina donde resurgió como artista y se le comenzó a valorar por eso, dejando a un lado su vida personal. Cerca de los años sesenta vuelve a España, pero no por mucho tiempo. Una vez finaliza su carrera artística se muda temporalmente a Nueva York. Muere en 1993 en su amada Argentina con 84 años.

Granada fue para él una ciudad muy especial, cuando tenía 14 años se produjo el Concurso de Cante Jondo y a pesar de ser un niño ya trabajaba en Algeciras, donde conoció a Pepa y su marido Rafael el Corcho, aficionado al cante. Miguel y Rafael viajaron juntos para el certamen donde El Corcho participó. En este concurso fue donde el Miguel de Molina conoció a Federico García Lorca, el cual quedó impresionado con el joven. Lorca y Molina no trabajaron juntos hasta el año 1933 cuando hizo un papel en El Amor Brujo de Manuel de Falla en el Teatro Español de Madrid.