Falete: "No hay que buscar el duende porque si lo buscas, no lo encuentras"

El cantante sevillano interpreta un papel simbólico inspirado en el Lorca espiritual en el espectáculo de Manuel Liñán en el Generalife

El espíritu de Lorca reaparece en el Generalife de Granada de la mano de Manuel Liñán

Falete, en plena actuación en el teatro del Generalife.
Falete, en plena actuación en el teatro del Generalife. / G. H.
Daria Zelenska

Granada, 10 de agosto 2025 - 06:08

Falete, el reconocido artista sevillano, ha participado como invitado especial en cuatro funciones del espectáculo Llámame Lorca, una producción de Manuel Liñán. Los próximo días 14 y 15 de este mes de agosto, los granadinos podrán ver al artista dos veces más en Generalife.

Pregunta.— Usted tiene la agenda muy ocupada en verano. Cádiz, Ceuta, Alcala de los Gazules, Madrid...

Respuesta.— Sí, afortunadamente, estoy muy ocupado. Por eso mi agenda no me permite participar más en Llámame Lorca, únicamente podría permitir cuatro días.

P.— ¿Cómo consigue mantener el ritmo en pleno verano, con tanto calor?

R.— Lo mejor que hay para la voz es dormir. Intento dormir lo máximo posible y trato de compaginar los proyectos y los viajes entre ciudades, buscando la máxima seguridad y comodidad, especialmente en el transporte, para llegar con tiempo y poder salir al escenario en buenas condiciones. Pero la base de cualquier artista para que el puede ejecutar y hacer su espectáculo bien es el descanso.

P.— Usted trabaja con la voz, ¿tiene algún ejercicio especial para cuidarla?

R.— Verdaderamente, ninguno. Dormir, y así descansa la garganta. Cuando tengo muchos días seguidos del trabajo, intento hablar en un tono más suave, más bajo de lo habitual, hablo menos. Soy muy salvaje en este aspecto, ¿para qué mentirte? (ríe).

P.— ¿Cómo va el proyecto con Manuel Liñán?

R.— Estoy muy feliz y agradecido de que Manuel haya querido contar conmigo para este espectáculo tan maravilloso. Es un genio en todos los sentidos. Tiene una perspectiva de ver el mundo del arte muy por delante de mucha gente y de muchas cosas hechas hasta ahora.

P.— ¿Y cómo ha sido trabajar juntos?

R.— Yo llevo mi ensayo. Le pregunté a él qué vamos hacer. Me dijo que quiere que yo cante una faleta y unos fandangos, dos naturales y uno de Huelva. Y él me va a bailar. "¿Cómo vamos a hacer?, cuéntame un poco", pidió. "No, miramos", me dijo (rie). Cuando hay esta complicidad, se surge, porque en el arte está presente el resultado después. Manuel es muy especial, está lleno de ternura y de cariño. Claro, tiene carácter como todo el mundo tiene. Manuel es un ser que enamora y enseña mucho sin dar clases. Yo he observado porque observo mucho. Tiene un tacto a la hora en una sutileza a la hora de poner las cosas. Al lado de Manuel se aprende mucho. Y no solo de arte, de la vida también. Lo importante es nutrirte de gente brillante, de distintas culturas y personalidades, con lo bueno y lo malo que eso conlleva. Eso es lo que enriquece a un artista.

P.— Es su primer trabajo juntos. ¿Imagino que tengan la amistad?

R.— No nos conocíamos antes personalmente. Obviamente como artistas nos conocíamos, pero no habíamos tenido la oportunidad ni de coincidir en ningún lugar ni de vernos físicamente. Nunca estuve en un espectáculo en vivo suyo.

P.— ¿Cómo usted se sintió cuando le llamaron para formarse parte del proyecto?

R.— Muy feliz que él quería invitarme, es un honor. Es un privilegio trabajar con un artista de la talla como Manuel, porque Manuel no es el bailador, es el artista. Y es la experiencia que siempre voy a guardar en mi corazón con este cariño especial. Todo el equipo de trabajo son personas magníficas y maravillosas con una calidad humana fabulosa. Cuando te rodean personas así, el resultado en el escenario es mucho mejor. Hay mucha complicidad porque todos reman en la misma dirección.

P.— ¿Qué representa usted en el espectáculo?

R.— Tengo el papel más como el Lorca espiritual, como el fantasma que aparece en algunos momentos en la soledad y el silencio del Lorca.

Falete ofreción un gran espectáculo.
Falete ofreción un gran espectáculo. / Daria Zelenska

P.— En esta propuesta usted vuelve a participar no solo como el cantaor, sino como el actor de la dramaturgia. ¿Usted recordó su colaboración con Yoko Komatsubara, con que trabajaba con las obras de Calderón?

R.— Sí, con ella hice varias obras como Carmen o que fue muy bonita Flamenco, pasado, presente... Manuel me invitó a su espectáculo, donde además de cantar, hago interpretación. Él me dijo: "No solo canta el fandango, interprétame esto".

P.— El espectáculo está lleno de la espiritualidad, parece de un ritual.

R.— La obra transmite el espíritu y la energía de Lorca que él tenía muy presente. El resto de la obra te va envolviendo poco a poco. Todo aquel que esté en ese momento debe sentir esa misma energía, porque yo ya lo he escuchado de muchas personas, gente que asistía al espectáculo. Todos los que lo ven coinciden en la misma experiencia: hay una magnetismo y una espiritualidad desde principio hasta el fin y que Lorca esta muy, muy presente en la escena.

P.— ¿Usted es una persona mística?

R.— No, pero si no sentía espiritualidad no sentía la música y el arte como yo lo siento.

P.— El flamenco es también un arte misterioso.

R.— Para mí, el flamenco como el género musical es uno de los géneros más completo que existen dentro de la música. El flamenco puede adaptarse a cualquier tipo de música, en cambio, cualquier tipo de música no puede adaptarse al flamenco. Por ejemplo, un canción de rock se puede traer en el flamenco y hacerla flamenca, pero una persona que haga rock no puede convertirse en flamenco si no tiene el alma para ello, porque va soñar muy extraño. Pero dentro de todos los palos del flamenco, sí, pueden funcionar distintos estilos de la música.

P.— ¿Y qué significa para usted el duende?

R.— (Ríe). Es una palabra inexplicable. Este espectáculo tiene mucho duende, está lleno de magia, enigma, espiritualidad, fuerza, dolor, alegría. Todo esto es duende. ¿Cuándo le viene?.. No se sabe. No hay que buscarlo porque, si lo busques, no lo encuentras. Está presente en muchas más cosas, no solo en el flamenco. Lo único es que ninguna palabra define tan bien el flamenco porque el duende es muy bonito. Pero una obra de teatro puede tener mucho duende, un concierto de música clásica, una ópera o una película también. Un libro puede tener mucho duende, una pintura también. El duende está en muchas formas de arte, pero no lo busques, simplemente aparece. Deja que el duende te toca a ti. Y vas a sentirle.

P.— Entonces, ¿hay que estar abierto para que llegue?

R.— Exactamente, si te cierras no percibes nada. Si tú te abres y te dejas llevar, vas a sentir emociones muy bonitas.

P.— Claro. Los granadinos le conocen bien, no es su primer proyecto en la ciudad.

R.— (Ríe). No, he estado muchísimas veces, llevo toda mi vida cantando.Tengo mucho cariño a toda la ciudad que voy porque me refieren con cariño. Sería una ingratitud por mi parte. Me siento mejor aquí porque me tratan mejor, no. Cuando un artista tiene nombre, la gente te espera, y ese cariño es muy importante. Afortunadamente, cuando los artistas ya tenemos nombres, nos conoce el pública, tenemos la suerte de que la gente nos está esperando por lo tanto, el cariño ya lo tienes. Tienes que dar tu cariño siempre porque la gente te refiere y te espera. Cuando ya eres famoso tú ya sabes que el público te está esperando. Y paga la entrada para verte aunque no te conoce, no te ha visto nunca. Y eso es un compromiso. No puedes defraudarlos, debes dar lo mejor de ti. Después cada uno es libre de pensar "me he gustado más o menos". A mí no me gusta todo el mundo. Pero por esta razón no quiero decir que no voy a profesar y demostrar este respeto y cariño porque está ofreciendo el arte.

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