Manuel Fernández: “La fusión es respeto: escuchar al otro y unir lenguajes sin perder la raíz"

El próximo domingo 5 de octubre, a las 12:00 horas en La Peña de la Platería, Manuel Fernández presenta Dgustación en el marco del Granada 2031 Festival Fusión. El Maestro da un paso al frente con unas composiciones propias y otras de lo más granado de la música clásica y flamenca, en el que demuestra su intuición y poderío. Sorprenderá tanto en la elección del repertorio como en la interpretación del mismo, pues Manuel Fernández tiene esa capacidad única de aunar auténtica tradición flamenca con una visión propia de grandes temas conocidos. Será una auténtica fusión de géneros y estilos en los que la guitarra flamenca, en ese templo que es La Peña de la Platería, demostrará que es mucho más que un instrumento musical. Conversamos con el Maestro aprovechando un ensayo en el Centro Artístico, otra institución granadina que tan buenos frutos da a esta ciudad.

Manuel Fernández define Dgustación como un viaje sonoro, una propuesta en la que la guitarra se abre a nuevos diálogos con la percusión, el piano, un cuarteto de cuerda y las voces. Su intención es clara: buscar una conversación sincera entre lo clásico, lo flamenco y lo contemporáneo. No se trata de yuxtaponer estilos, sino de permitir que se escuchen, se respeten y se transformen entre sí.

El guitarrista confiesa sentirse lleno de ilusión ante este estreno. Para él, participar con un espectáculo propio en la primera edición del Granada 2031 Festival Fusión es un privilegio y, al mismo tiempo, una responsabilidad: "Es un festival que nace con vocación de futuro, y qué mejor manera de comenzar que ofreciendo un proyecto que resume tantos años de búsqueda y aprendizaje".

Su proceso creativo, explica, parte siempre de lo cercano. Granada es su fuente inagotable de inspiración: la ciudad, su vida cotidiana, la naturaleza que la rodea y, por supuesto, los grandes maestros que le precedieron. Manuel habla de la guitarra como si fuera un ser vivo: "Me guía, y yo voy dejando que la música se construya casi sola". Esa manera de componer, intuitiva y orgánica, da como resultado una música honesta, cargada de emoción y autenticidad.

En su discurso aparece con fuerza la idea de fusión. Para Fernández, no es una etiqueta ni un recurso fácil, sino una filosofía: "La fusión es respeto. Es escuchar al otro y unir lenguajes para crear algo nuevo sin perder la raíz". Con estas palabras define la esencia de Dgustación y, en cierto modo, también la del propio Festival Fusión. Granada 2031, añade, es "un sueño compartido, una meta cultural que aspira a situar a la ciudad en el mapa internacional de la música y las artes".

El Maestro no descuida los detalles técnicos. Tocará con una guitarra artesanal que lo acompaña desde hace años y con la que mantiene una relación íntima: "Cada nota respira conmigo", afirma. Esa conexión con el instrumento es la que le permite transmitir con naturalidad la fuerza de lo flamenco y, al mismo tiempo, la delicadeza de lo clásico.

En cuanto a su momento personal y profesional, se define en una etapa de madurez y búsqueda. Tras muchos años de escenarios y experiencias, siente que la guitarra aún le abre cada día caminos distintos, y que su labor es seguir explorándolos con humildad y pasión.

Antes de volver al ensayo, Fernández insiste en lo más importante: el agradecimiento. A Granada, a este festival y al público que lo arropa. "Ojalá lo disfruten tanto como nosotros sobre el escenario", concluye. Con Dgustación, Manuel Fernández no solo ofrece un concierto, sino una declaración de intenciones: la música como espacio de encuentro, respeto y futuro compartido.