Granada Sound 2024: pinzas en élfico, una boda fake y las primeras gotas de rocío

Granada/El plan venía de Murcia. Arde Bogotá quizás tampoco se acuerden de lo que fue el Murcianazo y dudo que muchos de los miles de paisanos que les acompañaron anoche en el Cortijo del Conde lo hicieran, más que nada por edad. Y es que aquello estaba lleno de murcianos, que llevan con orgullo que el grupo español de moda proceda de la tierra del zarangollo y el paparajote. Si hasta dos campeones olímpicos no se lo han querido perder, será por algo. Encima, con relación con la UCAM de allí, con María Pérez como estudiante y Álvaro Martín siendo entrenado por un técnico de Cieza. Como ciezanos eran dos chavales ataviados con la misma camisa que felicitaron a una novia, parece ser que de Lorca, que estaba de despedida de soltera en pleno Granada Sound. Algo así como que se casaba en La Fuensanta, creí oír. Total, conozco poco de aquellas huertas. Tampoco parecía haber mucha veracidad. A poco que te pararas a observar de qué iba la historia, otra de las chicas del grupo, bastante numeroso, había cambiado el velo y la banda con otra. Olía a chamusquina.

Todo esto pasó cuando Cariño había comenzado el día y aún se escuchaban chicharras por los pagos de la Vega granadina. De eso hacía ya horas y sí, apretó el calor. Íñigo Quintero y todo su hype justificaron su presencia en segundo puesto del festival granadino, dejando para Tu Otra Bonita el paso previo a los platos fuertes de un sábado muy festivalero. Llegaron sobre las nueve de la noche Ginebras. Alba Feixas me adivirtió que tuviera cuidadito con lo que escribía de ellas. Así que prefiero dejarle estas líneas. Todo tuyo, Alba: "Cuidado con ellas no. Con lo que escribieses de ellas. Que te rajo" (sic). En mi caso, solo puedo decir que conciertazo de Magüi, Sandra, Raquel y Juls, que incendiaron a todo el Granada Sound con sus sonidos estridentes, sus guitarras agresivas cañeras, y su feminismo. "Ojalá más grupos de mujeres en los festivales", dijo la vocalista. La versión de Con altura de Rosalía o el estallido final con La típica canción hicieron el resto. Triunfada. Quizás el mejor concierto de este año del Granada Sound.

Aunque para triunfada, por su pasado, Natalia Lacunza. Cada año hay una voz femenina muy especial en el Granada Sound. 2022 con Zahara, 2023 con Amaia Romero, y este año otra navarra salida de la factoría OT. Voz y estilo propio bien marcado, personal y con mucha electrónica. Empezó muy Duro, para pasar por Cuestión de suerte, Muchas cosas (la de lágrimas que se le escapan al que escribe cuando canta "y quizás no supe darme cuenta, de que estaba empezando a derrotarme"... Qué frase esa...) acabar con Prefiero.

Arde Bogotá trajo el rock a su estilo, como el año pasado, sin novedades. Por eso quizás no sorprendió, aunque potencia, obvio, tienen. Entre los espectadores de lujo, María Pérez y Álvaro Martín, los dos campeones olímpicos de marcha en los pasados Juegos de París. Ya dijeron que estaría aquí para estos días y cumplieron. Mar, su pareja, llegó como avanzadilla el viernes, junto con la también olímpica en patinaje artístico en Vancouver 2010, Sonia Lafuente. Lo que era desapercibidos no pasaban. Gorro de patitos y camisetas que rezaban "no, no soy él" y "no, no soy ella", con los pronombres tachados y portadas por Álvaro y María, respectivamente. Vaya cracks. aguantaron hasta el final, bien acabados Elyella.

También la legión pimentonera se arremolinó frente al escenario, extasiada. Otro grupo de chicas, adivinen de dónde, también de Murcia, iban repartiendo pinzas. "Las hemos pillado esta mañana en el chino", cuenta una de ellas. En cada una, una inscripción que parecía más bien lo que ponía en élfico dentro del Anillo de Poder. Eran sus cuentas de Instagram. Amigo, agora sim entendo. "Lo vi en un vídeo. Es una manera de conocer gente", continúan con la explicación. Original es.

Los murcianos no fallaron arrancando con Antiaéreo para no dar tregua porque la vida es dura. El final tremendo, para variar, con La salvación, que todos sabemos que está dentro de un beso, Los perros, que volvieron a hacer ladrar a los Sounders sueltos por la Vega, y terminar siempre Abajo , tratando de tener "suerte en evitar la muerte, y en bailar tan fuerte que al final revientes" mientras estallaba el castillo de fuegos artificiales.

Sexy Zebras fueron en este caso el grupo underdog de cada festival que acaba dejando el mejor sabor de boca de todo. Y eso que no era fácil remontar tras los incendiarios de la capital colombiana. De entrada, declaración de intenciones con Bailaremos pasando por una noche de sexo con Quiero follar contigo, culminando con Tonterías. En esto que Rodro y servidor jugamos al gato y al ratón. Una vez acabada la crónica me iba a juntar con Fer, Marta y compañía, y más el sábado que había venido el Mexi. Encima con camiseta retro del Liverpool, aunque el dresscode era rugby. Muy proirlandeses ellos, pero aquí un contrarrestaba con los Boks sudafricanos. Y con conocimiento de causa. Pero no hubo reencuentro. "Estoy en la barra, ven a buscarme", le decía. "No te he visto". "Imposible, Rodro, estoy justo debajo de la carpa, con mucha luz". No hubo manera.

Con La La Love You llegó su buen rollo, con su himno vitalista de Que nada nos pare, y donde al final volvió a acabarse el mundo porque "me voy muriendo mientras bailas", y es que "no sabía que ya había quien se muera por ti". Saber perder y "asumir la derrota" , algo que con quince años cuesta mucho, y que con la edad bastante más avanzada, como dirían los argentinos, "se banca". Pero mira que golpea. Amores que se acaban, fugaces o duraderos, y un verano que dice adiós. Al recoger el coche junto a un campo cultivado, el rocío ya tamiza con gotitas el techo. Viene el invierno pero a la vida se le quiere igual. La vida que siempre nace tras el frío, como Lolita.