El directo más imprevisible del año llega a Planta Baja con Za! y Fiera, una explosión de color con aura de prestigio
Son el grupo del que todo el mundo habla aunque en realidad son un dúo que parece una orquesta circular con puerta de entrada y de salida donde los músicos se reciclan y transmutan. Tienen un don para la concisión (su propio nombre, Za!) y para encontrar juegos de palabras imposibles con los que bautizan sus canciones y sus discos. El último, Wanananai (Gandula-Discorporate, 2013) se ha aupado a la cima de los mejores del año para las revistas más modernas y de su directo se dice que es absolutamente imprevisible.
A la hora de definir su música, le faltan hojas a este periódico para nombrar los géneros por los que son capaces de discurrir. Digamos que como el tipo del chiste, que era tan gordo que se caía de la cama por los dos lados a la vez, estiran el abanico hasta acabar por cubrir todo el abanico de músicas imaginables, desde la música concreta al hip hop, del kraut al dancehall o del jazz latino al ruidismo industrial… por decir algo. Lo que sí es seguro es que metan la tornillería que metan en su bomba casera, la explosión será frenética, ultra violenta, mortífera y estruendosa. Contundencia y precisión al servicio del grupo más dadaísta que ha dado el pop nacional desde los años de las vanguardias artísticas. Y de eso hace ya prácticamente un siglo.
Por si faltaba algo, la noche se completará con Fiera, el proyecto paralelo de otros que son de su padre y de su madre, Pony Bravo. Dicen sumergirse en el after punk más arty e industrial para buscar sus referentes. Y conociendo el sarcasmo, la originalidad y el talento para los injertos incompatibles que se sacan de la manga con su actividad principal, miedo da pensar lo que serán capaces de inventar liberados de ese yugo. Sin duda alguna, una de las propuestas más sugerentes de la temporada.
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