Irene Morales irrumpe en la Bienal de Flamenco de Granada con el espectáculo más innovador

Flamenco electrónico y la música contemporánea dialogan en el nuevo proyecto de la granadina, que presentó Raw en la Bienal

Todos los grandes conciertos de Granada en septiembre: de Sabina al Granada Sound pasando por Antonio Orozco o la Bienal de Flamenco

Un momento del espectáculo de anoche
Un momento del espectáculo de anoche / D. Z.
Daria Zelenska

Granada, 20 de septiembre 2025 - 02:07

Granada vivió anoche uno de los momentos más intensos y esperados de la Bienal de Flamenco con la presentación del nuevo espectáculo de la bailaora granadina Irene Morales. El estreno absoluto de RAW bajo de la dirección artística de Manuel Liñan tuvo lugar en un escenario cargado de historia y simbolismo: la Abadía del Sacromonte, enclave espiritual y artístico de la ciudad, que se convirtió en el marco perfecto para un proyecto concebido como un diálogo entre lo ancestral y lo contemporáneo.

“Tras mi trayectoria en un mundo clásico y tradicional siento la necesidad y la inquietud de expresarme en un lenguaje actual, experimentando con texturas electrónicas que transforman y cuestionan los límites de lo establecido”, comentaba Irene Morales en redes sociales antes de su actuación.

Desde el inicio, la propuesta se presentó como un viaje emocional y sensorial en el que la fuerza primitiva del flamenco se encontró con una estética vanguardista. Irene Morales, intérprete y creadora de la obra, logró construir un lenguaje propio en el que la pureza de la tradición se vio constantemente tensionada por la rebeldía de lo moderno. El cuerpo, la música y el espacio se transformaron en herramientas expresivas que tejieron una narración sin palabras, marcada por la visceralidad y la búsqueda de nuevas formas de comunicación.

Protagonistas granadinos

Irene Morales y Manuel Liñán tienen la amistad desde la infancia y a lo largo de los años han compartido numerosos proyectos artísticos. Su complicidad personal se ha transformado en un vínculo creativo sólido, que se refleja en cada colaboración.

Una de las más recientes fue la participación de Morales en el espectáculo Llámame Lorca, estrenado este verano en el Generalife. En aquella producción, la bailaora se integró en la propuesta de Liñán, aportando su fuerza interpretativa en un montaje que exploraba nuevos territorios para el flamenco.

Ahora en RAW Morales y Liñán han apostado por la experimentación, trabajando en la difusión entre el flamenco y la música electrónica, lo que confirma su interés común por abrir caminos en el arte jondo sin perder su esencia.

La dirección artística del granadino imprimió un sello inconfundible al espectáculo. Conocido por su capacidad para transitar entre la tradición y la experimentación, Liñán aportó coherencia y dramaturgia, potenciando la fuerza creativa de Morales y dotando a RAW de una estructura clara que permitió al público adentrarse en el universo de la bailaora. Su mirada contribuyó a equilibrar los extremos: silencios frente a estallidos, gestos mínimos frente a movimientos expansivos, intimidad frente a colectividad.

La coreografía, a cargo de la propia Irene Morales, fue un ejemplo de riesgo y madurez, confirmando su posición como una de las figuras emergentes más inquietas del flamenco actual. La música en directo jugó un papel determinante. El cante desgarrador de Al-Blanco y la guitarra virtuosa de José Fermín Fernández dialogaron con la creación electrónica y experimental de Anthonius, productor musical del proyecto, generando un universo sonoro en el que convivieron la raíz y la innovación. Entre los tres lograron construir una atmósfera envolvente que acompañó los diferentes estados emocionales del espectáculo. La complicidad entre los intérpretes en escena fue palpable, y el público respondió con un silencio expectante en los momentos más íntimos y con ovaciones prolongadas en los clímax más enérgico.

La puesta en escena estuvo reforzada por un equipo artístico que cuidó cada detalle: Andrea Anguera en la regiduría, asegurando el ritmo de la función; Nuria Morales en el diseño de vestuario, que optó por prendas de líneas limpias y significativas, potenciando la desnudez del gesto y el protagonismo del cuerpo; y Juanlu Pascual, responsable de la fotografía promocional que acompañó la difusión del estreno. Todo ello bajo el apoyo del In progress Flamenco Festival, que ha impulsado la producción y que se ha consolidado como plataforma de experimentación dentro de la Bienal.

Con RAW, Irene Morales no solo presentó un espectáculo, sino que firmó una declaración de intenciones. Desde Granada, y en un marco tan emblemático como la Bienal, la artista subraya la necesidad de mirar hacia el futuro del flamenco sin renunciar a su memoria, asumiendo el riesgo de cuestionar, de remover y de reinventar. Un estreno que deja huella en la programación del festival y que confirma que el flamenco contemporáneo sigue siendo un territorio fértil, abierto al diálogo con el mundo y con su propia historia.

stats