La guitarrista rusa Irina Kulikova debutó en Granada en la Casa de los Pisa

El concierto, celebrado dentro del Festival de la Guitarra, ofreció obras de Aguado, Barrios, Chopin y otras figuras clave del repertorio guitarrístico internacional

El Festival de la Guitarra de Granada acoge un concierto en recuerdo del maestro Ángel Piñero

Irina Kulikova en la Casa de los Pisa
Irina Kulikova en la Casa de los Pisa / Daria Zelenska
Daria Zelenska

Granada, 01 de agosto 2025 - 11:12

La Casa de los Pisa acogió el esperado debut en Granada de Irina Kulikova, una de las guitarristas clásicas más reconocidas internacionalmente. El concierto formó parte del IX Festival de la Guitarra y permitió al público escuchar en vivo a una intérprete que desde hacía tiempo soñaba con presentarse en la ciudad nazarí.

Considerada una de las guitarristas más destacadas de la actualidad, Irina Kulikova comenzó su formación musical a los 5 años, de la mano de su padre, violonchelista profesional. Desde entonces, ha forjado una trayectoria artística sólida y admirada en todo el mundo. Gracias a una beca de las Naciones Unidas, amplió sus estudios en Europa. Incluso tras sufrir una fractura en el brazo a los 19 años, no dejó de actuar ni de consolidar su prestigio internacional. Ha publicado cinco discos con el sello Naxos y actuado en escenarios de Japón, China, Alemania, Estados Unidos y muchos otros países.

Un repertorio clásico con acento personal

El recital en Granada ofreció una rara oportunidad de escucharla en directo, ya que actúa poco en España. Abrió su actuación con una interpretación a la guitarra de Capricho andaluz y Recuerdos de la Alhambra, dos piezas de Francisco Tárrega. A continuación, siguió con la delicada y melancólica Milonga del compositor argentino Jorge Cardoso, y continuó con obras de Dionisio Aguado, uno de los grandes pioneros de la guitarra clásica española. La interpretación de La Catedral, de Agustín Barrios Mangoré, fue uno de los momentos más aplaudidos de la velada, por su fuerza expresiva y precisión técnica.

El repertorio incluyó también Portrait of a Rose, una obra escrita especialmente para Kulikova por el compositor británico Vincent Lindsey-Clark, que ella interpretó con gran sensibilidad.

"Esta obra me toca profundamente. Mi padre me llamaba de niña 'mi pequeña flor', y en Inglaterra abundan los jardines de rosas. Justamente, el compositor Vincent Lindsey-Clark tenía uno lleno de ellas", añadió.

Como cierre del concierto, interpretó una exquisita versión del Vals nº 7 de Frédéric Chopin, transcripción para guitarra que fue recibida con una calurosa ovación.

Reside actualmente en los Países Bajos, país del que es ciudadana, aunque pasa buena parte del año viajando por sus compromisos internacionales. "Mucha gente cree que me he mudado a California, porque toco allí al menos cinco veces al año. Estoy mucho tiempo en los aviones", bromeó.

Granada, una ciudad soñada desde la infancia

España es un país que Irina Kulikova conoce y valora profundamente: ha ofrecido conciertos en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia y Almería, pero nunca antes había actuado en Granada. Para la artista, tocar en Granada no fue solo una actuación más. Según contó en una entrevista tras el concierto, visitar la ciudad y ofrecer un recital aquí era un sueño que tenía desde niña.

"Siempre soñé con venir a Granada, especialmente con dar un concierto aquí, porque aquí está Alhambra y, claro, Recuerdos de la Alhambra fue una de las primeras piezas que conocí y esta pieza fue escrita sobre Granada. Además, muchos grandes constructores de guitarras viven en esta ciudad'', confesó Irina Kulikova.

Para cumplir su sueño de tocar en Granada, Irina Kulikova organizó su agenda de conciertos con antelación. Llegó a la ciudad directamente desde Sevilla, donde también ofreció un recital y que, al igual que Granada, visitaba por primera vez. La guitarrista permanecerá unos días más en la ciudad nazari: llegó un día antes del concierto y, al día siguiente, tiene previsto visitar la Alhambra y los Jardines del Generalife junto a su marido de origen italiano, Francesco.

Antes de su actuación, Kulikova tuvo oportunidad de pasear por el centro histórico, recorrer la zona de la Catedral, la Plaza Nueva y Albaicín, así como degustar algunos platos de la gastronomía local.

Pasión por el flamenco

Apasionada por el flamenco, Kulikova contó que de niña, en Rusia, lo practicó durante cinco años y que no descarta retomarlo en el futuro, si su agenda lo permite. Durante su paso por Sevilla, asistió a un espectáculo flamenco, y en Granada también le gustaría ver alguna actuación.

Sin embargo, tiene claro que no desea estudiar la guitarra flamenca de forma profesional. “Adoro el flamenco, lo disfruto muchísimo eschuchar. Pero si empiezo a estudiarlo como guitarrista y pedagoga, quizás perdería esa magia que siento al escucharlo”, comentó entre risas.

Irina también confesó que, por parte de su bisabuela, tiene sangre andaluza-española. Aunque nació en Rusia, se define como un ‘mix’, ya que también tiene raíces tártaras, turcas y udmurias. Por eso, desde siempre se ha sentido una persona internacional. Además, su familia tiene una tradición musulmana, que también forma parte de su identidad.

A Irina le encantó actuar en el patio árabe de la Casa de los Pisa. Reconoció que espacios así "son totalmente mi ambiente". "Puedo actuar en cualquier escenario, pero creo que lo mejor es un espacio pequeño, bonito, cómodo y acogedor, como fue el concierto en este Patio del concierto", dijo la artista.

Cercanía con el público tras la actuación

Tras el concierto, numerosos asistentes se acercaron a saludar a Irina Kulikova. Entre ellos se encontraba un joven alumno que había participado recientemente en un curso de verano hace dos semanas impartido por la guitarrista en una localidad montañosa de Italia, Cassino (provincia de Frosinone). El chico, de origen ruso, estaba de vacaciones en Granada con sus padres, una familia emigrante. Su padre se dedica a la construcción artesanal de guitarras. Al enterarse del concierto, no dudaron en acudir para escuchar a la artista.

También se acercaron varias personas conocidas de Kulikova, procedentes de distintos países, así como admiradores que esperaban una dedicatoria en sus discos. La guitarrista permaneció un buen rato tras la actuación, conversando con el público con amabilidad y cercanía.

El recital reafirmó la apuesta del Festival por la excelencia artística y la presencia de grandes figuras del panorama guitarrístico internacional.

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