Decir que el Niño de Elche es un cantaor atípico es decir muy poco. Porque su propuesta va mucho más allá de la simple fusión, de la mera contaminación del flamenco con otras músicas, un ejercicio practicado antes por muchos otros con resultados amables e inconsistentes que desemboca normalmente en un 'flamenquito' inofensivo en el que la parte flamenca se muestra desprovista de jondura y la no flamenca no es más que un fatuo barniz de comercialidad sin otra finalidad que la del simple entretenimiento. No es el caso de El Niño de Elche, cuyos planteamientos son verdaderas cargas de profundidad contra lo establecido.

Domina los cánones del flamenco ortodoxo, como debe ser cuando uno quiere destruirlos, o deconstruirlos. Lo ha demostrado en multitud de concursos y de tablaos que han acabado por quedarse cortos para su desbordante creatividad y sus genuinas ansias de ruptura. También impartiendo cursos por medio planeta, de Portugal a Costa Rica, de Jordania a Indonesia, de Polonia a Canadá… Y dominados los palos canónicos, se plantea darles la vuelta para encontrar sus esencias mediante su mixtura con planteamientos minimalistas, con la improvisación, con la poesía más vanguardista, con la canción de autor, con el rock, con la electrónica o con todo aquello que se salga de los moldes, en una postura que él ha dado en llamar 'artivismo', mezclando arte y activismo.

De su talla como artista dan cuenta datos como su participación en la Bienal de Sevilla de 2012 glosando la vida de Francis Bacon, en el Sónar de este año, que puso patas arriba con RaVerdial, jugando con las palabras 'rave' y los ancestrales verdiales, en Exposiciones como Capital y Territorio, organizada por la UNIA, o en Los Materialistas con la propuesta El Loop del Lumpem proletariado en el Museo Picasso de Barcelona, por citar solo algunas de sus incursiones en el mundo del arte o la Performance. Pero además de grande, Francisco Contreras es un artista valiente: se posiciona contra la tauromaquia y se niega a actuar en Plazas de Toros o se muestra activo contra la SGAE y todo su trabajo está disponible bajo licencia libre, Creative Commons.

Acompañado por Daniel Alonso y Darío del Moral, de los sevillanos Pony Bravo, y por Javi Mora y Raúl Cantizano, el cantaor de lengua afilada presenta esta noche en Planta Baja su último disco, Voces de Extremo, en la que es sin duda la opción de mayor interés del fin de semana granadino.