Aquellos maravillosos 'zaidines' con T.N.T. y 091

Cualquier granadino de a pie conoce el Zaidín Rock, pero lo que no saben algunos es que durante un tiempo se convirtió en una especie de corpus chico de la ciudad. José Antonio García Pitos, cantante de 091, afirma incluso que llegó a congregar más gente que la fiesta grande de Granada. "En aquellos momentos en esta ciudad no había nada y mucho menos un festival de este tipo, al aire libre y gratis. Sólo estaba éste y el -extinto- Lagarto Rock de Jaén. Era un acontecimiento muy grande. Toda la juventud de la época estaba allí. Daba igual quien fuera a tocar. Nos reuníamos para ir de tapas, echar unas cervezas, pasear por la feria del barrio e ir de conciertos", explica.

La ilusión del Pitos aflora en cuanto rememora el fugaz reencuentro de los T.N.T. en el décimo aniversario del festival. "Fue muy emotivo. Lo disfrutamos mucho. El tipo de música que hacía con los 091 era mucho más elaborada, pero la de T.N.T. era más directa. Daba gritos. No sabía hacer otra cosa. Me lo pasaba muy bien. Toda la energía negativa la descargaba", cuenta. Jesús Arias, Carlos García, Joaquín Vílchez, Víctor García Lapido -como guitarrista de apoyo- y la voz granadina dieron un concierto memorable ante 12.000 personas y quedó registrado en un cedé, Directo a Nadsat, que fue editado siete años más tarde. Una muestra en el centro cívico del Zaidín permite al visitante hacerse una idea de esta noche y de muchas más acaecidas en el festival de rock gratuito más antiguo de Europa.

Zaidín Rock en el tiemporepasa la historia del gigante musical a partir de fotografías, recortes de prensa y carteles. "Nos ha llevado bastantes meses recopilar todo. Hay que agradecérselo a la asociación de vecinos del Zaidín y en especial a Pilar Martín, que ha rebuscado en la cueva de los recuerdos", señala entre risas Paco Burgos, el organizador de la cita musical ineludible para muchos granadinos. La fotografía de Isidro Olgoso, fundador del Zaidín Rock, historiador del barrio y ex edil socialista, preside la exposición y comparte espacio con otras instantáneas donde aparecen las Killer Barbies en su concierto del 97; una jovencísima Estrella Morente en la presentación del Omega; y la banda Corizonas. Justo enfrente, en la entrada de la muestra, se pueden ver también algunos de los carteles de las primeras ediciones a todo color hechos por el propio Olgoso. "Fíjate en aquellos diseños de la época. Los hemos rescatado, porque estos carteles estaban perdidos de la mano de dios", recalca Burgos.

Conforme avanzamos, el organizador fija su mirada en el cartel de la cuarta edición, en la que actuaron El último de la fila, La Guardia, Lucki Lucke, Dulce Venganza y T.N.T. "Esto forma parte del anecdotario del rock español. Manolo García -en ese momento cantante de El último de la fila- no paraba de animar al público y en un momento determinado soltó un "me cago en dios". Al parecer eso no le hizo gracia a un vecino y denunció por blasfemia. García y Olgoso acabaron pasando la noche en el calabozo", rememora.

Otra de las "anécdotas estrella" tiene que ver con Mano Negra, la mítica banda con Manu Chao al frente. "Los organizadores querían hacer un concierto en contra de las pruebas nucleares en el Pacífico. Se les ocurrió llamar a Mano Negra. Cuando ellos vieron el escenario pensaron que se les había engañado, porque se les había hablando de un festival obrero. Querían tocar en la caseta de la asociación de vecinos. Al final se les convenció para que lo hicieran ante 15.000 personas", recuerda mientras apura el recorrido con fotografías de los músicos encima y debajo del escenario; crónicas y artículos de la época; y carteles inéditos, que estará abierto al público hasta el 18 de septiembre aproximadamente.