Mariano Boza, director de la Biblioteca de Andalucía: "En este edificio llevamos de forma provisional desde 1994"
El responsable de la institución habla de los retos que asume el centro responsable del depósito legal de las publicaciones de la comunidad
La Junta dispone de 15 millones de euros de Europa para trasladar la Biblioteca de Andalucía a otro edificio
Granada/Incluso en la era de la IA, la imagen por excelencia de la cultura sigue siendo el libro, representación del conocimiento, la educación y la transmisión de ideas a lo largo del tiempo, símbolo de aprendizaje y exploración cultural. Mariano Boza siempre ha sido un enamorado de los libros. Ahora está al frente del corazón cultural de Granada, la Biblioteca de Andalucía, encargada de la preservación del patrimonio bibliográfico de la región. Bajo su dirección, esta institución mantiene el compromiso de facilitar el acceso universal al saber a la vez que se adapta a los retos contemporáneos, impulsando iniciativas de digitalización, fomentando la lectura y abriendo sus puertas a una comunidad cada vez más diversa y exigente.
Pregunta.–Tras casi cuatro años como director de la Biblioteca Provincial de Granada, en abril de este año pasó a estar al frente de la Biblioteca de Andalucía tras tomar el testigo de Francisco Javier Álvarez. ¿Qué diferencia hay entre capitanear una y otra?
–Ambas son bibliotecas de depósito pero la de Andalucía recibe títulos de las ocho provincias. Nosotros estamos más enfocados en la conservación y en un usuario más especializado o investigadores, porque nos ceñimos a autores, temas andaluces u obras editadas en la comunidad. Es verdad que para novedades bibliográficas o como colección de préstamo más grande, esa función la cumple la Provincial. Las dos tenemos, eso sí, una programación cultural muy importante y estamos abiertas a colaboraciones con otras instituciones para clubes de lectura, conciertos, talleres de todo tipo, cursos de formación... Todo enfocado a la promoción del libro y la lectura, también de prensa.
P.-En el día a día de su gestión, ¿cuál es la mayor diferencia?
–Bueno, la de Andalucía es una biblioteca más grande. Además de la estructura del personal, aquí también está por ejemplo la Filmoteca de Andalucía, con programación estable. El año pasado tuvimos más de 300 actividades culturales, que descontando los festivos supone una actividad diaria y con más de un acto por jornada.
P.–Lo que no ha cambiado usted es es de edificio, porque las dos siguen compartiéndolo. En 2022, el delegado de Cultura, Fernando Egea, comentaba a Granada Hoy que había una partida de fondos europeos de 15 millones para el traslado que se tenían que ejecutar hasta 2027. ¿Se pueden llegar a perder?
–Yo esa información no la tengo pero sí sé que en el presupuesto de 2025 había una partida de tres millones para buscar un edificio, comprar el solar o una parte del edificio. De hecho se publicó en prensa, pero no es suficiente. Obviamente en presupuestos posteriores tiene que haber más dinero.
P.–¿Está clara la elección entre de un solar o la compra de un edificio histórico?
–No sé si al final la cosa se decantará por la compra de un solar o la restauración de un edificio, histórico o no histórico.
P.–El traslado acumula ya más de 35 años de atraso. ¿Por qué parece tan imposible encontrar una ubicación adecuada?
–En este edificio estamos de forma provisional desde el año 1994 porque pertenece al Ministerio de Cultura. Se destinó a la Biblioteca Provincial, que es la del Estado aunque tiene las competencias transferidas la Junta de Andalucía. Entiendo que esto se ha debido a que es complicado y que no ha habido demasiada voluntad política, pero no estoy seguro porque son muchos años. Actualmente sí sé que hay una intención y un trabajo activo para buscar un lugar adecuado.
"Actualmente sí sé que hay una intención un trabajo activo para encontrar el lugar adecuado”
P.–¿Cuáles son los retos que afronta la Biblioteca además del traslado?
–Uno de ellos es desarrollar una programación cultural más extensa aún para llegar a más público. También la digitalización y catalogación de colecciones y fondo antiguo, así como asumir muchas donaciones de bibliotecas particulares de intelectuales y escritores.
P.–Ha llegado a la dirección después de una larga trayectoria que incluye también la Alhambra como jefe de los departamentos de Difusión y Comercialización y una larga formación académica, porque es licenciado en Geografía e Historia, diplomado en Biblioteconomía. Además posee varios másteres: Museología, Edición y Gestión Cultural y un curso de Gestión Directiva. Lo que puede sorprender más en su currículum es su paso por el ejército, porque es alférez.
–Sí, mi abuelo era militar y había tradición en la familia. Ahora tengo dos sobrinos en la Escuela Naval. Entonces se hacía la milicia universitaria y de la Academia salías de alférez. Apartir de ahí te podías quedar en el ejército, pero yo decidí seguir con mis estudios y mi vida civil.
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