Artistas de Granada

Los múltiples registros de una mirada

Los múltiples registros de una mirada

Los múltiples registros de una mirada

Los pintores figurativos modernos, aquellos que realizan una pintura veraz, sin aditamentos espurios, erróneos efectismos epidérmicos o desenlaces pacatos a la búsqueda de epatantes filiaciones sin sustancia, tienen varios problemas que ellos solos deben solucionar. A saber: deben creérselo de verdad, ser conscientes de su importancia, no sucumbir a acomplejadas posiciones ante otros tipos de expresiones y ante los manipuladores interesados que manejan las muchas parcelas de la creación: directores de museos y centros de arte 'modernitos' que adolecen de criterios abiertos y sólo admiten propuestas, también de últimas generaciones, que les hagan mantener sus imposibles argumentos vacíos de casi todo; galeristas prepotentes que actúan de oídas, sesudos profesores de estética en facultades de nula actividad plástica y discursos de escaso recorrido y, por supuesto, críticos estrellas poseídos de exacerbados egocentrismos y nulos planteamientos de autenticidad. De esto la obra de Belén Mazuecos lo ha reflejado con seriedad y rigurosidad. También mantener firmes sus posiciones y argumentar su poderosa e inequívoca realidad; no dejarse influenciar por cantos de sirena vacíos de sonoridad expectante y pobre melodía. Hoy la buena pintura está muy por encima de cualquier otro sistema artístico; sin embargo, el poder de la idea, la supremacía de conceptos ahítos de postulados ajenos a los planteamientos formales, las elucubrantes ocurrencias sin argumentos plásticos que las sustenten gozan de fuertes apoyos en instituciones afectas y manejadas por intereses de mediatos esquemas sobre una lógica de verdad creativa. Y eso crea un estamento injusto para un sistema artístico que merece infinitamente más.

Bernardino Sánchez 1 Bernardino Sánchez 1

Bernardino Sánchez 1

La pintura nueva que se hace en Granada es de las más apasionantes de cuantas existen en el panorama artístico español, con autores de grandísimo calado; los nombres están en el imaginario de todos - desde el clasicismo eterno de Juan Manuel Brazam, Juan Vida, Paco Lagares o Carmelo Trenado hasta las nuevas fórmulas representativas de Julia Santa Olalla, pasando por la rigurosidad creativa de Paco Pomet, Belén Mazuecos, Ángeles Agrela, Marisa Mancilla, Pedro Cuadra, Jesús Zurita, José Piñar, Santiago Ydáñez, Mari Ángeles Rodríguez Doblas, Iván Izquierdo, Manu Bru, Emilio Luis Fernández... y, por supuesto, Bernardino Sánchez Bayo, entre un sinfín de grandísimos creadores.

Precisamente este último, artista de poderosas posiciones representativas, con unos argumentos que encierran conceptos contundentemente bien asimilados en una ruta compositiva de absoluta claridad, presenta su inquietante y esclarecedor trabajo en el Museo de Huelva. Su pintura está llena de poderosas manifestaciones que aúnan el poder de la forma y el desenlace bien estructurado del concepto generador. Porque Bernardino Sánchez Bayo es un pintor pintor, de los que saben lo que tiene entre manos y, además, lo lleva a cabo con la soltura del que posee un oficio sobrado, bien asimilado desde el principio y sabedor de cómo valerse de él para cualquier situación.

Retrato al torero Juan José Padilla. Retrato al torero Juan José Padilla.

Retrato al torero Juan José Padilla. / R. G. (Granada)

Su pintura es un bello discurso visual que, además, manifiesta un entramado conceptual lleno de matices. Porque la obra de Bernardino Sánchez Bayo muestra una cara que sirve para abrir exclusas a significaciones totalmente mediatizadas. Con unos planteamientos ilustrativos de muy buena conciencia plástica, una técnica depuradísima donde se encuentran los sustentos para afrontar posiciones de muy variada naturaleza, la obra genera contextos significativos abiertos; nada es lo que parece; tras cada circunstancia ilustrativa asoma una posibilidad. Lo real, posicionado formalmente de manera rigurosa, abre sus exclusas para que un vendaval de proposiciones manifiesten novedosos postulados. Un retrato magnífico del torero Juan José Padilla, mediatizado por un gestual juego cromático, descubre infinitas lecturas. Tras la poderosa representación se atisba un desarrollo conceptual de muy amplísimo espectro. Es la mirada distópica, aquello que puede ser y no puede ser al mismo tiempo; la descontextualización del lo real, el doble sentido, lo que se saca de su entorno para adaptarlo a nuevos horizontes. Así, un conjunto de obras donde la ilustración de lo inmediato queda suspendido en la mirada y en la definición del sujeto que mira.

Bernardino Sánchez Bayo es un joven pintor granadino que está alcanzando posiciones de verdadera trascendencia. Ya no es un nuevo artista con expectante proyección. Es un artista hecho, con una clarividencia creativa absoluta, una mano perfectamente estructurada para que posicione plásticamente lo que quiera y para que ofrezca los ilimitados horizontes que plantea una pintura sin complejos, en la que cualquier mirada define la magnitud de un concepto particular. Es Nino Sánchez Bayo un artista convencido y convincente; un creador sin reveses en quien confiar.

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