Amelina Correa. Catedrática de la UGR

"Esta es una obra que defiende el disfrute sensual de los placeres"

  • Esta tarde se presenta su edición comentada del libro del granadino Isaac Muñoz 'Voluptuosidades' Será en la Biblioteca de Andalucía

Con una dilatada carrera como investigadora y docente, la catedrática de la Facultad de Letras de la UGR Amelina Correa retorna a uno de esos 'escritores olvidados' -al que nunca abandonó- y publica una versión comentada de Voluptuosidad (Ed. Renacimieneto), del granadino Isaac Muñoz, un libro muy difícil de encontrar y que trata de una forma muy especial el amor y el sexo. El volumen se presenta esta tarde en la Biblioteca de Andalucía a las 20:00 horas.

-Su 'relación' con Isaac Muñoz es ya larga. ¿Por qué publicar ahora esta reedición comentada de 'Voluptuosidad'?

-Básicamente por dos motivos. En primer lugar porque se trata de una novela muy interesante, que, mostrando la mayor parte de las características propias de su narrativa -decadentismo, esteticismo, fascinación por el Oriente, etc.- sin embargo presenta también una serie de rasgos que la singularizan y la diferencian de sus demás novelas, el principal de ellos es que se trata de una 'novela en clave', escrita en primera persona y relatada por un personaje protagonista que se llama, curiosamente, Isaac. En segundo lugar, y bibliográficamente hablando, Voluptuosidad es un libro extremadamente raro, rarísimo diría yo, que no se encuentra ni siquiera en la Biblioteca Nacional ni se puede localizar fácilmente en las librerías especializadas en libros antiguos. Sin embargo, yo pude estudiarlo por primera vez hace casi 25 años en una copia que me dejaron y tiempo después, casi por un azar del destino, pude hacerme con un ejemplar de su primera edición de 1906, la única existente hasta esta que he editado con Renacimiento y que presentamos hoy.

-¿Fue su llegada a Madrid un revulsivo en su literatura?

-A pesar de su origen y sus años de juventud en Andalucía, Isaac Muñoz conoce bien Madrid cuando escribe Voluptuosidad, y ya ha participado en la capital en numerosas iniciativas literarias, asistido a tertulias y reuniones y frecuentado el círculo de escritores que promueve la renovación de las letras decimonónicas. Pero es a partir de instalarse en ella, con sus animados cafés, sus teatros, sus locales de moda donde se representaban espectáculos subidos de tono, o "sicalípticos" como se decía entonces, cuando la vida madrileña comienza a 'condicionar' de algún modo su literatura.

-¿Isaac Muñoz era realmente tan abierto y rupturista con la moral dominante, o este libro pretendía parecer lo que no era?

-Muñoz sigue con esta su segunda novela la conocida consigna de la literatura finisecular de èpater le bourgeois (escandalizar al burgués), y con esta intención provocadora escribe Voluptuosidad, una obra donde se defiende el hedonismo y una postura vitalista de disfrute sensual de los placeres. Por ello, en su prólogo manifiesta abiertamente su rechazo hacia la sociedad establecida con estas palabras: "Sobre todo el desprecio de los valores vulgares, de esos miserables valores santificados en las feas bocas burguesas".

-¿Que supuso para la época esa ruptura con la moral tradicional de la doctrina católica que propugna 'Voluptuosidad'?

-Para Isaac Muñoz, que rechaza en su obra la sola idea del pecado, el sexo es una fuente de placer y, por tanto, una realidad susceptible de rozar casi la categoría de arte. Ese refinado y estetizante erotismo que caracterizaba sus narraciones chocó frontalmente con la moral imperante en la época, porque a él no lo interesaba el amor o el sexo en lo que podríamos llamar 'condiciones normales'.

-¿Qué importancia real tiene el personaje de Margarita, nexo de unión entre los episodios que se suceden en la obra?

-Margarita tiene mucho de amada idealizada, de amor imposible. Y resulta curioso constatar que la mayor parte de las compañeras sexuales de Isaac en la novela tengan nombres comunes y que suelan aparecer con un diminutivo que les confiere un matiz de afectividad, como Pepita, Manolita, etc. Sin embargo, el nombre de Margarita está claramente literaturizado, ya que en la época recordaría al de la protagonista del Fausto de Goethe, lo que queda confirmado cuando, en uno de los momentos en que el protagonista está evocando a su amada perdida, dice: "Me parece vivir en una novela alemana de esas que hemos leído a los quince años, Margarita...".

-¿Cómo trata a las mujeres en el libro? Por una parte son elegantes, bien vestidas, artistas..., pero son objetos de deseo sexual...

-La postura de Isaac Muñoz muestra a las claras las contradicciones propias de una época en que la mujer continuaba siendo concebida como un ser inferior, subordinado al varón y dependiente de éste en todos los aspectos de su existencia. Por tanto, incluso los intelectuales, artistas o literatos más supuestamente abiertos moralmente, más "progresistas", no dejaban por eso de considerar a la mujer como un ser secundario. Podían admirar su belleza, su elegancia, la modernidad de su atuendo, podía despertar su deseo, pero nunca la van a contemplar, en el fondo, como compañera en pie de igualdad, sino que, en realidad, nunca dejará de ser un objeto sexual o, en la otra cara posible, una esposa abnegada, un ama de casa perfecta y una madre amantísima.

-¿Qué sabe Granada de Isaac Muñoz? ¿Es un escritor olvidado?

-Lo es, pero cada vez menos. En su día ya aparecía, entre otros catálogos, diccionarios o índices, en la Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana que comenzó a editar Espasa en 1908, y me gustaría recordar aquí que su entrada bio-bibliográfica ha sido incluida recientemente en nuevas e importantes obras de referencia como el Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia. A nivel local, aparte de mis varias publicaciones sobre el autor y reediciones de seis de sus obras, Muñoz aparece también en el Diccionario de Autores Granadinos de la Academia de Buenas Letras.

-En sus estudios y publicaciones sobre mujeres escritoras, ¿qué ha descubierto?

-He encontrado a mujeres fascinantes cuya vida sería idónea para ser novelada, mujeres valientes que se enfrentaron a los prejuicios de la sociedad y que desarrollaron una obra literaria en las condiciones más desfavorables. Hay un texto de Rosa Montero muy elocuente en este sentido: "En cuanto que una se asoma a la trastienda de la historia se encuentra con mujeres sorprendentes: aparecen bajo la monótona imagen tradicional de la domesticidad femenina de la misma manera que el buceador vislumbra las riquezas submarinas (un paisaje inesperado de peces y corales) bajo las aguas quietas de un mar cálido". Yo, como el buceador, me dedico a arrojar luz sobre esos nombres, y quiero señalar que aún queda mucho, muchísimo, por trabajar e investigar en ese ámbito de la literatura.

-Y su estudio 'La familia de Francisco Ayala y su infancia', ¿qué le enseñó sobre el escritor? ¿Cómo influyó Granada en su obra?

-Si tenemos en cuenta que Ayala se fue de Granada cuando tenía ya 16 años, nos resultará fácil darnos cuenta de la influencia que esta ciudad, y lo vivido en ella, pudieron haber tenido en su trayectoria. Nosotros mismos, si analizamos someramente nuestras vidas, nos daremos cuenta de hasta qué punto nos han influido las vivencias de la infancia y la primera juventud. Ya lo dijo el poeta romántico inglés Wordsworth, "El niño es el padre del hombre".

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