Samantha Hudson: "Estoy convencida de que Dios disfruta plenamente de mi propuesta artística"

La artista, que acaba de sacar disco, es uno de los principales reclamos del festival Salo, que acoge Salobreña durante estos días

Salobreña muestra su orgullo con un extenso programa para visibilizar al colectivo

Samantha Hudson en una imagen promocional.
Samantha Hudson en una imagen promocional. / Jara García Azor

Un "trajín de no te menees". Así define Samantha Hudson (León, 1999) sus últimos dos años. El tiempo que ha pasado desde que publicó AOVE, su última referencia, hasta ahora, que acaba de lanzar Música para muñecas. Un camino, no exento de polémica como su (no) participación en el Sónar, que le trae ahora a Salobreña, para participar en el Festival Salo Orgullo, donde compartirá cartel con Villano Antillano, Putochinomaricón o La Casa Azul. Un festival que supone el punto final a una serie de actividades en el municipio granadino con motivo del Orgullo LGTBI.

La leonesa llega este sábado al Polideportivo Municipal de la localidad, en el segundo, y último, día del festival, que hoy comienza en la Caleta, todo ello enmarcado en un programa de actividades diseñadas para dar voz y visibilizar al colectivo.

Pregunta. Abre el disco con Liturgia, donde más allá del título hay no pocas referencias religiosas en el videoclip. Parece que ser excomulgada no le ha amedrentado en absoluto.

Respuesta.La iconografía cristiana no tiene derechos de autor y siempre he encontrado una tremenda inspiración en todo ese universo simbólico. No solo soy una artista excomulgada, también soy una persona que ha profesado una fe honesta y genuina durante varios años de su vida así que en cierta manera, más allá de la blasfemia, todas estas referencias parten de una comprensión auténtica de su significado. No me amedrento porque sé lo que me hago y estoy convencida de que Dios disfruta plenamente de mi propuesta artística.

P. Imagino que la elección de Zahara tampoco habrá sido casualidad.

R.¿Quién mejor para sumarse a esa Liturgia profana que exalta el proceso creativo sin censura? Zahara es una artista que desborda pasión y sin duda era la sacerdotisa que necesitaba esta homilía.

P.Diez años después de aquello, ¿cuál es su relación con la Iglesia?

R.He perdido el contacto. Quizás han cambiado de número.

P. Y usted, en general, ¿en qué ha cambiado de aquella época respecto ahora?

R.Supongo que me he desprendido de la arrogancia de la juventud. Estoy en una época de cambios. A día de hoy me siento mucho más conectada con mis sentimientos, haciéndome preguntas que no quería hacerme tal vez por miedo a encontrar una respuesta que no me apetecía escuchar. Llevo varios años en la esfera pública y ha sido un camino lleno de luces y sombras pero hasta este año no he comenzado a procesar todo lo que me ha sucedido. Siento que estoy sanando viejas heridas, transitando traumas del pasado y a la vez disfrutando del proceso, celebrando mis conquistas y observando con cariño los nuevos horizontes que se abren a mi paso. De hecho, Música Para Muñecas habla de todo esto y ha sido un proyecto fundamental para encontrar mi centro en un momento de mucho ruido mental. Incluso ahora, después de haberlo publicado, me descubro a mí misma recurriendo a este proyecto en busca de consuelo. A veces una enseña lo que necesita aprender.

P. Volviendo al disco, en Hot (Gimme More), con La Zowi, aborda relaciones sexuales que podemos considerar diferentes, como el sexo anal o las relaciones con personas no binarias. ¿Por qué cree que no hay espacio para este tipo de relaciones en lo mainstream?

R.Creo que la disidencia actúa muchas veces como un espejo. Lo sexoafectivo está todavía muy atravesado por lo convencional, la hegemonía y el estigma de una moral aburguesada y juiciosa. Resulta más fácil ceñirse a las narrativas de la norma que imaginar tu deseo más allá de las estructuras rígidas que la sociedad nos impone desde pequeñas. Creo que por eso la vida de la travesti suele estar repleta de soltería y desconsuelo. A mucha gente le da miedo ampliar su esquema de deseo porque eso implica deshacerse de todo lo que han aprendido y entorno a lo cual han construido su identidad. Por ejemplo, para muchos hombres heterosexuales, aceptar que te gusta una mujer trans supone desprenderte de cierto status, alejarte del guión de lo ortodoxo y por lo tanto, traicionar a la categoría absurda de “hombre” que se esfuerzan en seguir ostentando. Permitir que lo queer inunde también tu vida sexual y amorosa supone desmarcarte de un camino trazado que te hace sentir cómodo, un relato que prescribe tu vida en cierta manera y te otorga la sensación de que tienes todo bajo control. Aceptar que eres un “degenerado” te obliga a enfrentarte a una terrorífica pregunta: “¿Quién soy yo de verdad?”. Por eso hace tiempo que aprendí que ninguno de esos hombres que nos llevan en secreto se avergüenzan de nosotras sino del deseo que sienten por nosotras.

P. Viene a Salobreña para compartir cartel con Villano Antillano, imagino que dentro del setlist del concierto se incluye Full Lace y el Tuck.

R.¡Por supuesto! Sería un delito de odio no incluir este clásico instantáneo.

P.Tiene también temas como Disforia, donde habla de que su género es una “mística profunda que no cabe en tu alfabeto clínico”. ¿es más fácil hablar de estos temas con música de fondo que otros espacios en los que estuvo como Playz?

R.No es más fácil ni más difícil, simplemente es distinto. Cuando haces una canción empleas otros códigos, otras formas de lenguaje. Disforia concretamente es una suerte de poesía, una hibridación entre un grito de guerra y una elegía a las identidades que precedieron a la Samantha del presente. En cualquier caso, con lo pedorrita que soy y lo que me gusta un léxico obsoleto, no creo que haya demasiada diferencia. De un modo u otro siempre comunico las cosas de la misma forma: desde el alma y con el coño.

P. Hablando de Playz, también participó en Masterchef. Imagino que eso le ayudó a ganar visibilidad.

R.La televisión es un puente hacia la vida de personas que quizás no me habrían conocido de otra forma. Para mí fue un espacio a conquistar además de una oportunidad idónea para conectar con mi público objetivo: las señoras.

P.La semana pasada, en la presentación de Salo, se habló de cómo Orbán ha prohibido la marcha del Orgullo en Budapest, y se anunció a Perú como país invitado, un país hasta donde no hace mucho se consideraba al colectivo trans como “enfermos mentales”. ¿Corren malos tiempos para el movimiento? ¿Teme que esas reacciones lleguen a España?

R.Hay una ola reaccionaria a nivel mundial. No es cuestión de temer que llegue a España, es que ya ha llegado… Y la verdad que no me sorprende. La derecha y la ultraderecha de este país no hacen más que copiar las estrategias trumpistas, siempre diciendo las mayores sandaces y haciendo las cosas más chifladas con la intención de colar sus discursos de odio disfrazados de memes y contenido viral. Son fascistas de TikTok. Lo que asusta es ver a tantísima gente joven comprando estas campañas demagogas basadas en la desinformación, el miedo y falsas promesas que calan porque ofrecen esperanza en un mundo convulso y desolado por la incertidumbre de un futuro terrorífico. Han conseguido que el fascismo sea deseable y están consiguiendo que el individuo se imponga a lo colectivo, lo privado a lo público y la discriminación a la empatía. Siento que mucha gente no es consciente de que estamos más cerca de vivir en la calle que de hacernos millonarios. Es como si creyeran que pisar a los demás y violentar a colectivos marginados fuera revolucionario. Despreciar a cualquier minoría les parece un acto de valentía, una gallarda heroicidad en defensa de su querida españita. Da mucho miedo.

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