50 sombras: del éxito literario a la loca comedia musical

El espectáculo recalará en el Palacio de Congresos este sábado 3 de octubre El propósito del director es hacer que la gente se ría, "incluso se ruborice"

50 sombras: del éxito literario a la loca comedia musical
50 sombras: del éxito literario a la loca comedia musical
R. Albertus Granada

28 de septiembre 2015 - 05:00

La novela, la película y ahora llega el musical. 50 sombras de Grey levanta más pasiones que indiferencia. Cualquier juego de palabras está relacionado con el sexo cuando se habla de la trilogía de la londinense Erika Leonard o la adaptación al cine que dirigió Sam Taylor-Johnson. La novela vendió más de de 60 millones de copias y la película fue un éxito taquillero en todo el mundo. De aquellas letras y aquel filme, sobreviene ahora lo carnal, también la parodia, con un espectáculo musical que aterrizará este sábado 3 de octubre en el Palacio de Congresos.

Esta comedia, 50 sombras, el musical, se estrenó en Broadway y al poco tiempo viajó a Francia, también pasó por Alemania y Holanda. Fue el productor de la compañía Summum Music, Carlos Javier López, quien decidió traerlo a España y adaptarlo cuando vio que todo eran risas entre el público parisino.

El espectáculo no está recomendada para menores de 16 años. No podría haber una reinterpretación sobre las tablas sin un mínimo sentido explícito que rememore las fantasías que derrama la novela. "Hay carne en el espectáculo e interacción con el público todo el tiempo", cuenta Jesús Sanz-Sebastián, su director, que también reconoce otro punto fuerte -inevitable en un musical-, y son las composiciones de pop, soul, rock y gospel con la voz actores de reconocimiento en el teatro musical español. "Pero no hemos intentado un espectáculo erótico-carnal", destaca su director.

El elenco que canta y actúa sobre el escenario lo forman María Blanco, Ángel Padilla, María José Santos, Celia Vergara, Sergio Arce, Eva Manjón, Miguel Ramiro (el Grey español) y Teresa Abarca, mientras que la dirección musical está a cargo de Guillermo González, que anteriormente ha trabajado en producciones como Hoy no me puedo levantar, inspirado en las canciones de Mecano, o Forever King of Pop con un repertorio de Michael Jackson.

La actuación de este 50 sombras, el musical se inica en un club de lectura, donde "tres señoras se reunen", una de las participantes se atreve a sacar el libro de Erika Leonard, empiezan a leerlo e imaginar los fragmentos con mayor contenido sexual de la novela. "El libro les modifica, ellas cambian gracias a 50 Sombras y empiezan a experimentar, cada uno desde un perfil diferente:una más tímida, otra entra mucho en el juego y otra es más atrevida", cuenta el director acerca de la trama.

Al tono divertido que parodia escenas del primer libro de 50 sombras de Grey se suma el punto de vista de estas mujeres. Pam, Carol y Bea son los nombres de "las tres amas de casa que, desde sus conocimientos, hacen sus propias cábalas". Y entretanto, ritmos cercados por una lírica desvergonzada con la difícil función de sacar una carcajada al público. De esta manera, Sanz reconoce que hacer reír con la música -no solo con la interpretación- ha sido de lo más difícil en el proceso de adaptación. "Fue una de las cosas que a mí, como adaptador, más me ha costado, que las propias letras incluyeran chistes, fue casi obsesivo".

Evidentemente, esta comedia no puede centrar su humor en un objetivo difuso, sino que en la intención musical también está el "reírse un poco del libro y de todo lo que ha generado". El mero hecho de que el espectáculo tenga como uno de sus principales escenarios un club de lectura ya reivindica una risotada. Más cuando en 2013, en bibliotecas públicas de un condado de Florida quedaron prohibidos los libros que forman la trilogía 50 sombras de Grey por su escasa calidad, y sabiendo que la crítica literaria valora la trilogía como algo simplón o con una valoración irrelevante y mediocre.

Si el joven Christian Grey -protagonista en la novela- es un seductor y exitoso empresario, el del musical es más peculiar. Sus vivencias son más divertidas que las del personaje de la novela, pero también más tristes. "Nuestro Grey (el del musical) es un macho ibérico, que es un quiero y no puedo. Tiene más luces que sombras y ver a un señor que pretende ser algo que no es capaz genera muchas risas al público ", afirma su director, que no había leído el libro hasta que le propusieron hacer el espectáculo. Lo hizo para "conocer la fuente que se parodia, aunque el musical solo parodia el primer libro".

La carta de presentación del espectáculo en España son más de 30.000 entradas vendidas y una temporada de seis meses en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid. Fue tan bien, que tuvieron que retrasar la gira, planteada para enero, pero que finalmente echó a rodar en marzo. 50 sombras, el musical llegará a Granada en octubre después de tres citas seguidas en el Teatro Alameda de Málaga, y cruzará el charco en noviembre, cuando viajará a Puerto Rico.

"La reacción es que la gente sale encantada", dice el director de esta producción, que está bajo el amparo del musical, que se estrenó en Broadway. "Hemos tenido mucha libertad para la adaptación, vinieron los americanos a vernos y quedaron encantados, incluso en la versión portuguesa y el cartel es igual que la producción española".

El sexo y el humor plagan una obra que fue preparada durante dos meses y en la que hasta cierto punto se desliza un sentido crítico al abordar temas como la sumisión, el machismo o la asignación predeterminada de roles según el sexo de cada uno. "Todo el musical está pasado por el filtro de la comedia", reitera Jesús Sanz-Sebastián, que desde pronta edad se formó como actor en la escuela de Cristina Rota. Una carrera que ha desarrollado en paralelo a la dirección. Además, Sanz-Sebastián ya coincidió con el director musical de este espectáculo, Guillermo González, para la dirección de Forever King of Pop, con el que estuvieron de gira por Suiza, Holanda, Francia o China.

Fue su compañero de trabajo, Miguel Ramiro -que interpreta a Grey- quien dijo que la novela le parecía una "una operación de márketing enorme". Al ser preguntado por el boom de la novela, Sanz-Sebastián reconoce que no es el tipo de literatura que suele leer, pero entiende en parte el fenómeno porque "a la gente le gusta leer un poco sobre lo prohibido y le gusta imaginarse situaciones". Además, cree que ha sido una fórmula que ha funcionado por contar con una serie de factores: "Un señor guapo, adinerado y seguro de sí mismo, y una joven virginal e inocente, y esa mezcla de sexo con sadomasoquismo y con algo de romanticismo ha sido la fórmula perfecta para que haya sido un éxito".

Por eso, el equipo busca que a la salida de esta obra paródica, la sensación resultante sea que no hay que tomarse todo tan en serio, tampoco el sexo.

50 sombras, el musical pasea de la mano de la exageración, en la que la desvergüenza va acompañada de unas "risas" que el director del espectáculo menciona constantemente al hablar con este periódico. "El objetivo es que la gente se ría e incluso se llegue a ruborizar", concluye.

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