La tiorba y el archilaúd llenan de magia el IX Festival de la Guitarra de Granada

Hermanos Daniel y Pablo Zapico interpretaron música antigua con instrumentos construidos por José Miguel Moreno

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Daniel y Pablo Zapico en la Casa de los Pisa
Daniel y Pablo Zapico en la Casa de los Pisa / Daria Zelenska
Daria Zelenska

Granada, 28 de julio 2025 - 15:49

La Casa de los Pisa acogió uno de los conciertos más esperados del IX Festival de la Guitarra. Los protagonistas fueron Daniel y Pablo Zapico, dos hermanos asturianos considerados referentes internacionales en la interpretación de instrumentos históricos de cuerda pulsada.

Los Zapico interpretaron obras de los compositores Antonino Regio y Tomaso Martinelli, así como partituras anónimas de gran riqueza del Barroco. La interpretación se realizó con dos instrumentos poco habituales: la tiorba y el archilaúd, ambos construidos por el reconocido luthier José Miguel Moreno.

“Nuestro enfoque de este concierto fue presentar las últimas sonatas conservadas para archilaúd, música fechada entre 1760 y 1770. Es el repertorio más tardío que conocemos para este instrumento“, comentó Pablo Zapico.

Una sinfonía anónima cobra vida

Uno de los momentos más especiales del recital fue la interpretación de una sinfonía anónima para archilaúd, compuesta por cuatro movimientos. Se trató de su primera grabación mundial, ya que la obra nunca antes había sido registrada. Fue recuperada y transcrita en el marco del Trabajo de Fin de Máster de Pablo Zapico.

“Transcribí tres obras anónimas: dos conciertos y una sinfonía para archilaúd, que interpretamos en el recital. Estas piezas permanecían inéditas y sin estudio previo. Hice todo el trabajo: el análisis, la transcripción, la comparación de grafías musicales. Fue un intento de arrojar luz sobre este repertorio. Después grabé las piezas con mi hermano Daniel“, dijo Pablo Zapico.

Gracias a un minucioso estudio comparativo, el músico logró identificar que el cuarto movimiento de la pieza aparece también en otro manuscrito ya conocido. Este hallazgo permitió ubicar estilísticamente la obra dentro del repertorio del archilaúd, aportando así nueva luz a la historia de este instrumento y enriqueciendo su legado sonoro.

Dos décadas dedicadas al repertorio histórico

Durante más de veinte años, el dúo se han dedicado no solo a la interpretación, sino también a la difusión e investigación de la música antigua, especialmente del repertorio Barroco con más de 250 años. Han contribuido activamente a su popularización a través de conciertos, grabaciones, y una labor pedagógica que ha inspirado a nuevas generaciones de intérpretes.

“Desde que empezamos ha crecido mucho el interés por la música antigua. Hoy en día se puede estudiar en muchos conservatorios de España. Hace veinte años, cuando comenzábamos, teníamos que ir al extranjero, hacer cursos de verano. Pero ahora casi todas las comunidades autónomas tienen departamentos de música antigua“, afirmó Pablo Zapico.

Los intérpretes también destacan por su compromiso con la investigación musicológica. Además, hacen las publicaciones didácticas, sobre todo sobre métodos de interpretación del bajo continuo.

“Empezamos a trabajar con esta música desde muy jóvenes. Nos encantó el sonido de los instrumentos, pero lo que más nos atrapó fue el repertorio barroco. Aprendimos mucho escuchando grabaciones, especialmente las de José Miguel Moreno. Luego estudiamos en la ESMUC de Barcelona con Javier Díaz-Latorre”, explicó Pablo Zapico.

Para los asturianos, este tipo de música ofrece una libertad interpretativa única. “No se le exige solo ornamentación, sino también improvisar la armonía. Eso es lo más atractivo de este repertorio: nos permite expresarnos realmente como artistas”, añadió Pablo Zapico. Sus palabras reflejan la filosofía con la que abordan cada concierto: una mezcla de respeto por la tradición y una búsqueda constante de expresión personal.

Sobre el futuro de esta música, los hermanos Zapico se mostraron optimistas, aunque conscientes de los retos que implica su difusión. “Por supuesto, esta música tiene futuro, pero no es música popular en el sentido común. A diferencia de otras artes plásticas, como la pintura, que una vez restaurada se expone durante años, esta música necesita ser tocada una y otra vez para que se pueda valorar“, afirmó Pablo Zapico.

Cómo viajar con instrumentos históricos

Para los músicos, transportar sus instrumentos puede ser todo un reto, especialmente cuando vuelan. "Necesitamos comprar un asiento adicional para cada instrumento para llevarlo en cabina", comentó Pablo Zapico. Un caso particular es el de la tiorba del hermano de uno de ellos, Daniel, que tiene un diseño especial: "El mástil se dobla con un sistema de polea que mantiene la tensión de las cuerdas." Gracias a ello, en su estuche ocupa un volumen similar al de un violonchelo y pasa más desapercibida.

Otro problema común es la humedad. Antes, las cuerdas de tripa natural eran muy sensibles a los cambios climáticos, pero hoy en día, "las cuerdas sintéticas, además de ser veganas, resisten mucho mejor la humedad y las variaciones de temperatura." Así, los avances en el diseño y los materiales facilitan que los músicos puedan llevar sus instrumentos a todas partes, sin comprometer la calidad del sonido.

Una relación especial con Granada

Ambos intérpretes han tocado en varias ocasiones en Granada. Han estado en los cursos de Manuel de Falla, en el Festival Internacional de Música y Danza y en el de Música Antigua. Aquí ya los conocen y les tienen mucho cariño, siempre los reciben con mucho afecto.

La sonoridad cálida y profunda de estos instrumentos llenó el espacio histórico de la Casa de los Pisa, un lugar que, por su acústica e intimidad, resultó perfecto para la música antigua. El concierto se realizó con la belleza tímbrica de la interpretación y la complicidad entre los dos hermanos, que llevan años compartiendo escenario y pasión por el repertorio barroco.

Entre el público estuvo el músico José Miguel Moreno con su familia, quien llegó especialmente a Granada con antelación, ya que al día siguiente él mismo ofrecerá un concierto de guitarra barroca en el Corral del Carbón.

El concierto no solo fue una muestra de virtuosismo técnico, sino también de sensibilidad artística. La música se desplegó con fluidez, estableciendo una conexión inmediata con el público. Con este recital, el Festival de la Guitarra reafirma su compromiso con la difusión de la música antigua y el reconocimiento de instrumentos históricos que forman parte del patrimonio musical europeo.

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