Cuando el títere bailaba música de Falla
Granada fue una de las ciudades pioneras en este arte gracias a maestros como Hermenegildo Lanz.
Una muestra en el Centro Lorca reúne hasta junio parte de su obra junto a la de otros representantes del género.
El seis de enero de 1923, con el pretexto de hacer un regalo el día de Reyes a la hermana de Federico García Lorca y otros amigos, se organiza en la casa de los padres del poeta una entrañable representación de títeres en a que se vieron Los dos habladores, entremés atribuido a Miguel de Cervantes; El misterio de los Reyes Magos, una pieza de teatro religioso -género conocido como auto sacramental- del siglo XII-XIII; y La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón, canción andaluza que Lorca adaptó para la escena escribiendo los diálogos. Manuel de Falla además fue el intérprete de la música -imagínense qué dimensión estaba tomando este arte- que él mismo había seleccionado. El papel del profesor y artista Hermenegildo Lanz, sevillano de nacimiento, pero granadino de adopción, fue fundamental: armó el teatrino, pintó los decorados, talló las cabezas de los títeres y diseñó los trajes de los muñecos.
"Esa mítica función es un punto de partida para muchas otras experiencias relacionas con el teatro de figuras", subrayó el director de la compañía granadina Etcétera y nieto del propio Lanz, Enrique Lanz, en la presentación de la nueva muestra temporal en el Centro Federico García Lorca. Pioneros del arte europeo de los títeres, abierta al público hasta el 11 de junio, homenajea a tres figuras imprescindibles de este arte a principios del siglo XX: el esloveno Milan Klemencic, el italiano Vittorio Podrecca y su famoso Teatro del Piccoli, y el propio Lanz. "Mi abuelo no sólo influyó en el arte de los títeres. En ese espectáculo del seis de enero es donde nace el arte de las figuras planas, el teatro planista, que hoy se conoce como teatro de papel", explicó Lanz.
Para El misterio de los Reyes magos, el docente recortó y pintó 150 figuras planas basándose en las miniaturas medievales del Codex Granatensis, un documento único que se guarda en la Biblioteca de la Universidad de Granada, en la cámara acorazada. El director de Etcétera también recalcó que esa función supuso "un foco artístico-docente del que se alimentaron luego experiencias como La Barraca y las misiones pedagógicas".
Ninguno de ellos fueron tirititeros como tal, pero desde su parcela de conocimiento se acercaron a este arte para darles un impulso nuevo. "Los tres elevaron el vulgar arte del títere a la categoría de arte con mayúscula durante la primera mitad del siglo XX. Bajo sus manos y su imaginación constructiva, casi de ingenieros, los humildes muñecos de trapo, madera y cuerda adoptaron voluntades de expresiones, amores y todos aquellos sentimientos humanos que el teatro ha sabido registrar en esa cuarta pared que es el escenario", resumió a la perfección la concejal de Cultura, María de Leyva. Uno es consciente de estas palabras cuando se pasea por la exposición, en la que se muestran 73 marionetas y el puente de madera del histórico Teatro dei Piccoli, la famosa compañía de Podrecca. "Parte de la exposición es una pequeña muestra de la colección del Centro Internacional Vittorio Podrecca-Teatro delle Meraviglie Di Maria Signorelli -33 marionetas en total-, considerados para nosotros como un bien material e inmaterial que se ha convertido en un bien de interés cultural", remarcó la asesora de cultura del Ayuntamiento de Cividale del Friuli (Italia), Angela Zapulla.
El objetivo de esta exposición es "llamar la atención y fomentar una mayor apreciación de la riqueza y diversidad cultural de los títeres", reza el dossier. La muestra es fruto del proyecto Atando cabos: Pioneros del arte de los títeres europeos tras la escena dentro del Programa Europa Creativa en el que participan El Teatro de Títeres de Luibliana (Eslovenia), la Academia de Artes de Osijek (Croacia), el Ayuntamiento de Cividale del Friuli (Italia) y la compañía Títeres Etcétera, en representación de España.
La muestra itinerante, que acabará su recorrido en en Cividale del Friuli a finales de julio, no sólo alberga títeres, guiñoles o marionetas hechas por los propios artistas. También hay documentos audiovisuales, como reportajes de televisión al espectacular trabajo de Podrecca, o fotografías del artista sevillano afincado en Granada. "Esas otras cosas que hizo en el arte escénico, grabados y diseños de cartelería se pueden ver aquí", anunciaba con una sonrisa en la cara el nieto de Lanz.
Decorados y cabezas de títeres de cachiporra y artículos en la prensa sobre el fenómeno Lanz y su teatro también se podrán ver. "Hacer esto es una obra de responsabilidad y de amor absoluto hacia nuestra profesión. Más allá de nuestro legado más cercano es una apuesta porque nuestro arte brillen cada vez con más fuerza", concluyó la tiritera perteneciente a la compañía Etcétera, Yanisbel Martínez.
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