Crónica personal

Pilar / cernuda

Abdicaciones

CUENTAN que el Rey, días atrás, comentó ante una nueva petición de abdicación que distintos personajes de la historia reciente habían asumido importantes responsabilidades sentados en una silla de ruedas, y que lo que importa es la cabeza.

Si non en vero, e ben trovato, don Juan Carlos tiene toda la razón, hoy mismo tenemos la economía europea, y por tanto la española, en manos de un ministro alemán que siempre es fotografiado con los gobernantes inclinados hacia él para cambiar impresiones sobre cómo salir de la crisis. No es Schäuble el único dirigente que ha demostrado ser muy capaz de tomar decisiones de la máxima relevancia sin necesidad de utilizar las piernas, también Roosevelt dirigió el país más poderoso del mundo desde una silla de ruedas. Por tanto, que Dios dé salud y buenas piernas a al Rey por mucho tiempo, pero si le siguen fallando, que no sean argumento para pedir su abdicación. Los hay, a docenas, para lo contrario, el más importante es que quiere trabajar para recuperar la estabilidad de la Corona, hoy en entredicho a su pesar. El Príncipe merece iniciar su etapa de Jefe de Estado sin cuestiones envenenadas sobre la mesa.

José Bono, que conoce bien al Rey y sobre todo conoce muy bien el trabajo realizado por él en estos cuarenta años, ha dicho que si alguien debe abdicar es el secretario primero del PSC, Pere Navarro. Abre así la espita el ex de tantas cosas a un capítulo interesante: cuántos dirigentes políticos merecerían ser enviados a casa. Pere Navarro desde luego, que ha provocado un cisma dentro del PSC y un cisma entre el PSC y el PSOE, todo un record de torpeza en el asunto de definir la posición de los socialistas catalanes ante una iniciativa de ruptura de la unidad de España. Pero también tendrían que abdicar los socialistas que no son capaces de poner orden en su partido en Galicia, los responsables del PP -varios, de épocas pasadas y presentes- que han llevado el asunto Bárcenas de la peor manera posible y han puesto al partido en una situación crítica; deberían abdicar los presidentes autonómicos que por incompetencia o por oportunismo no han sabido cumplir los objetivos de déficit, o los que tiran dardos contra sus adversarios sin recordar que cometieron los mismos errores. Tendrían que abdicar los que se han dejado atrapar por la corrupción y sin embargo siguen empeñados en mantenerse en el cargo haciendo un daño irreversible a sus partidos, abdicar los que no han sabido crear equipos solventes y han cometido errores de difícil solución…

La lista de los que deberían dejar sus tronos para siempre es inconmensurable.

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