Hace un tiempo, no tanto, que los personajes de series infantiles como Peppa Pig adornaban los globos de helio que los padres compraban a sus descendientes, en muchas ocasiones para lograr su silencio y la consecuente tranquilidad. Pero ahora, tras muchos años en esa mina, los personajes en cuestión han conseguido escalar en el trabajo y ahora son ellos quienes venden los globos y demás regalos a los niños y niñas de la capital, que a buen seguro se muestran más contentos de poder ver a sus ídolos animados en carne y hueso paseando por las mismas calles que ellos transitan todos los días.