La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Bebé 8.000 millones

El mismo día que nace Damián nos descubren una alarmante pérdida de calidad de los espermatozoides

Se llama Damián. Con su medio metro y casi 3 kilos de peso, este bebé de Santo Domingo ya es la imagen viral de un hito demográfico: se ha convertido en el habitante 8.000 millones del planeta. Desde los años 60 hemos triplicado la población, en solo una década hemos crecido más de mil millones y alcanzaremos un máximo de 10.400 millones en 2100. Puede que en 2070. A la vuelta de la esquina. El año que viene, la India desbancará a China en el top de los países superpoblados y marcará la estela del entorno africano con crecimientos récord en Nigeria, Egipto, Etiopía y Congo. La presión migratoria hacia Europa, con Andalucía como puerta de entrada, no es un problema a futuro. Lo tenemos ya. Con y sin polémicas en la gestión en las vallas.

Damián llega en plena crisis climática. Y energética. Y de inflación. La escalada de la gasolina, el gas y la luz la podemos entender (y hasta asumir) con Putin crecido en su papel de villano, pero ¿alguien sabe por qué un producto como el azúcar cuesta un 27% más? No parece que el bebé 8.000 millones venga con un pan debajo del brazo. No al precio actual.

Vivimos más pero no está claro que mejor. El 30% de la población reside en zonas no democráticas, más del 80% sigue colapsando las ciudades (lo del retorno al campo del Covid fue un espejismo) y pocas certezas tenemos de qué consecuencias reales tendrá la espiral de crecimiento. ¿Hay un techo? Hablo de agua y alimentación; de recursos y oportunidades.

Resulta curioso. El mismo día que celebramos el nacimiento de Damián se hace público un estudio alertando de que la calidad del esperma de los humanos ha bajado a la mitad en 50 años. Vamos en caída libre. De seguir este ritmo, en una década tendremos problemas graves de fertilidad. El estudio se extiende a 53 países y, aunque no se abunda en las causas, sí señalan determinados hábitos de vida y la exposición a contaminantes químicos ya desde el feto.

La naturaleza se autorregula; lo que no conseguimos los humanos. Hace unas semanas estuve de escapada en Cuenca y conocí a Pepito, nuestro dinosaurio castizo y con joroba con aires de velociraptor. Se descubrió en Las Hoyas, tiene 125 millones de años y se extinguió cuando tocó. Con todos los demás. Nunca he estado muy segura de si lo del ciclo repetitivo de la historia es un hecho científico o una superchería. Sí hay algo evidente: en lo que depende de nosotros, nos estamos esforzando. Y mucho.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios