El jarro de agua fría con la injusta no designación de Granada como sede de la AESIA debe servirnos a los granadinos para poner en marcha de una vez una acción conjunta en defensa real y efectiva de nuestra ciudad y provincia.

La sociedad granadina todavía sigue conmocionada ante la arbitraria exclusión de Granada, máxime cuando en los parámetros baremables era evidente su superioridad con respecto a La Coruña.

La decisión de recurrir ante la jurisdicción contencioso-administrativa nuestra exclusión está fundamentada en derecho, porque la falta de objetividad del Gobierno en la valoración de tales criterios parece evidente, máxime cuando es la parte reglada del acto administrativo, que no admite interpretación alguna y debe estar exenta de cualquier atisbo de discrecionalidad.

No voy a entrar en los elementos baremables ni en su puntuación en ambas ciudades, ya lo harán los Tribunales, pero es evidente la injusta comparación que se ha hecho entre dimensiones territoriales diversas: regional para La Coruña y local para Granada. Para la valoración de Granada nunca se menciona a Andalucía y todos los datos son exclusivamente provinciales, mientras que para baremar a La Coruña se ha contado con Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra, con la CCAA entera -en despoblación, medios de transporte, sistema económico, Universidades, empresas TIC…-, y esta injusta valoración es revisable por la justicia, con bastantes visos de prosperabilidad.

No obstante, este golpe a nuestras capacidades y a nuestras más que legítimas aspiraciones debe servirnos para reflexionar como sociedad sobre si el modo de actuar en defensa de los intereses de Granada ha sido el correcto hasta ahora.

La implicación de la sociedad granadina y de las administraciones e instituciones públicas y privadas de nuestra ciudad y provincia deben cambiar de estrategia, porque es un hecho que la seguida hasta ahora no da muchos resultados positivos para Granada. No se trata de que tales agentes se conviertan en lobbies de poder e influencia, pero sí es cierto que contamos muy poco, más bien nada, en el panorama nacional, y que tanto la sociedad como todas las instituciones debemos cambiar el chip.

Nos falta creernos que nos merecemos las cosas, cuando en Granada se trabaja con auténtica excelencia y esfuerzo, y ello hace que no se sepa vender bien nuestra ciudad y provincia. Debemos aprender de otras ciudades y provincias que sí que enfocan eficazmente sus campañas de marketing ¿se venderán bien Vigo y Málaga? ¿Y qué me dicen de Madrid? Cambiemos el chip y luchemos con voluntad y empeño por aquello que beneficie a Granada.