Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

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Canciones de pandemia

A Sánchez no nos lo vamos a quitar de encima hasta 2023. Entonces, mejor una presidenta del Gobierno de España

Pedro Sánchez confía en ser presidente del Gobierno hasta 2023. Será entonces el momento de las mujeres: de Olona, Ayuso o Díaz… Si me dan a elegir, prefiero a Yolanda Díaz. Estoy dispuesto incluso a perdonarle el cursi vestido rojo con pellizco estomacal, que lució en la entrega de los Premios Cepyme. Desde luego, nada que ver con la ropica que yo -un Petronio en el vestir- me compro en el Kiabi o en el Primark. Tengo el cuerpo de Yolanda Díaz. Me lo ha puesto así una canción, como les sucede a los invitados del programa BSO de Emilio Aragón. Mis músicas del confinamiento estuvieron programadas para cubrir la hora diaria de paseo al rededor de mi casa. Unos minutos con Moustaki y Rossell; aceleración y baile con Je sui africain, de Rachid Taha; pasos lentos con Mi Buenos Aires querido, de Gardel y, de nuevo, ¡a correr!, con los 23 minutos del Himno a la alegría, de Beethoven. Melodías poco politizadas. Pero ayer, oyendo mis canciones favoritas, mientras paseaba, me sobresalté con Canción urgente por Nicaragua, de Sergio Rodríguez. Me escondí para bailarla, y me grabé con el móvil para provocar la risa en mis hijos y colaborar al ocaso paterno. Y se me vino toda mi vida encima. La vida del nieto del cerrajero de la Calle Hospital de Peregrinos, la del sobrino y nieto de los notarios de Valdepeñas de Jaén y Martos; la vida del nieto de doña Dolores, mi abuela, terrateniente, junto con sus hermanas, de mi pueblo; fui de nuevo el hijo leído de doña Carmen, mi madre, a la que mi padre, secretario que fue del Ayuntamiento de Granada, regalaba un tomo de Los Episodios Nacionales de Galdós cada vez que nació uno de sus 10 hijos. En fin, el marido de una responsable del PCE de la Rambla, y directora de su instituto en la transición. Recordé el eurocomunismo, a Carrillo, a Gramsci… Para nada, a Stalin, Mao o Pol Pot, los dictadores que, en nombre del comunismo, exterminaron a millones de personas, se me olvidaron. Memoria selectiva. Recordé a Julio Anguita, entregándome el carnet del PCE en un kiosco de Córdoba. Y entonces, el pequeño burgués que habita en mi interior se dijo, "necesitamos una presidenta del Gobierno en 2023; ya va siendo hora". Mi voto será para Yolanda Díaz, la mantis religiosa del poder. Ella me ha sorbido el seso y, al hacerlo, me ha hecho gozo.

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