Cajón de sastre

Francisco González / García

Carta a San Nicolás

06 de septiembre 2016 - 01:00

QUERIDÍSIMO Santa, Noel, Claus o como quiera que te llames y habites (Bari, Polo Norte, Holanda): Ante todo disculpa que no tenga muy claro ni tu nombre ni residencia pero estoy apurado por escribirte en estas fechas tan tempraneras. Todavía hace calor pero ya te solicito mi regalo de Navidad. Si tus enanitos sirvientes buscan en los archivos o en el big data no van a encontrar cartas mías anteriores. En fin, confieso que yo pido los regalos a la competencia, ya sabes, esos que vienen de oriente y que son tres. Un defectillo de formación infantil pero seguro que me perdonas. Y es que estoy muy apurado y necesito de tus dotes mágicas antes de Navidad, como en todas esas películas de Hollywood que protagonizas.

Seguro que sabes que hay un país en el sur de Europa, muy afecto a tus regalos en los últimos años aunque no tengamos chimeneas en todas las casas, que tiene algunos problemas para gobernarse y resulta que a lo mismo tenemos que votar el día de Navidad. Eso sería un problema para tu reparto de regalos porque a lo mismo hay muchos niños y niñas que al ver a sus progenitores preocupados en la Nochebuena pues no pueden dormirse y luego muchos padres y madres tendrían que ir a trabajar el día 25 y no podrán abrir los regalos. Una faena. Y fíjate, a nuestro Rey que para una vez que le dejan hablar en la tele a lo mismo le fastidian, ¿qué discurso nos va a dar en la nochebuena? Comprende el lío.

Tan confundido estoy que no sé muy bien que pedirte. ¿Podrías convertir a todos los dirigentes de nuestros partidos políticos en enanitos y llevártelos contigo al Polo, a Holanda o a Bari? Me refiero en enanitos de altura porque de inteligencia ya han demostrado que tienen poca, pero claro me da apuro pues como no se ponen de acuerdo creo que no te iban a poder ayudar en nada. Y además como solo se preocupan de ellos mismos no iban hacerle caso a ningún pedido de los niños, ni de los padres ni de las madres. Desastre total.

¿Qué podría pedirte? Lo dejo a tu inspiración y buen criterio, seguro que tienes sentido común y encuentras la manera para que el 25 discurra en familia abriendo los otros regalos. Aquí llevan casi un año y no encuentran solución. Te prometo que si la encuentras me hago superfan tuyo y me disfrazo con ese vestidito rojo tan gracioso; la barba ya la tengo blanca. ¡¡¡Jo, jo, jo!!! Vale.

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