Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Cataluña nos roba

Una expresión tan falsa como la de 'España nos roba' no debe circular cuando Rajoy les ha prometido 4.200 millones

Hace tiempo que las relaciones entre Cataluña y el resto de España han vivido de falseos históricos, intereses bastardos -ahí están los famosos 3 o 4% que cobraron por concesiones de obras muchos dirigentes y partidos catalanes, las cuentas andorranas o de otros paraísos fiscales de los Pujol, los escándalos del Palau, entre otros asuntos, comparables sólo con los chanchullos del resto de los partidos de la España central-, traducidos en movimientos para ocultar todo tipo de corrupciones, como ocurre con el independentismo, convertido en un engaño, como los nacionalismos centrales de la unidad inquebrantable de la patria. Ya nos advertía Ganivet, hace más de siglo y medio, del desprecio que observó en algunos círculos, en sus viajes catalanes, sobre los pueblos del sur. Olvidaban la nómina inmensa en el campo del arte o la literatura que esos pueblos 'pobres' ofrecían al resto del país. En el anterior articulo Vino y mujeres me refería al deleznable concepto xenófobo y machista que expresó el presidente socialdemócrata holandés del Eurogrupo -de cuyo nombre es difícil acordarse, sin mirarlo para poder deletrearlo correctamente- cuando proclamaba en lo que se gastaban la gente del sur de Europa las 'ayudas' que recibían del Norte civilizado y trabajador. Algo muy parecido a lo dicho por dirigentes catalanes.

No hay, pues, que establecer nuevos clichés ni tópicos semejantes, para no incurrir en el esperpéntico panorama de la España a garrotazos que retrató Goya. Ni siquiera cuando los independentistas catalanes pretenden un robo verdadero al país, intentando quedarse con lo que consideran un trozo de su exclusiva propiedad, es propio decir que Cataluña pretende robarnos una parte de la tarta común, cuando no son todos los que lo desean. Y menos aún cuando hace unos días el presidente Rajoy les ha prometido 4.200 millones de euros para potenciar el corredor mediterráneo -a Andalucía no ha destinado un euro en el tema- y otras importantes infraestructuras. Aquí, en la Granada desconectada por ferrocarril, nos podía sonar a afrenta y discriminación. Pero hay que ser generosos en el desarrollo de cualquier región española, y Cataluña lo es, quieran o no los grupos que intentan inculcar un peligroso odio en sus juventudes, sentimiento que no compartimos los que admiramos tantos valores catalanes.

Generosos, pero no tontos. Rajoy hace bien en mirar por los catalanes -aunque sea por el interés de ver si por la 'pela' puede acallar bravatas independentistas, cosa que dudo-, pero que no se centre, exclusivamente, en el problema catalán, por el ruido que arman, olvidando otros serios problemas españoles, en el que Andalucía -y para qué decir la olvidada Granada- ocupan un lugar importante.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios