Los nuevos tiempos

César De Requesens

crequesens@gmail.com

Celia Correa y el Centro

La identidad de las ciudades no se improvisa sino que se construye sobre la constancia de personas y colectivos

Ha cubierto una etapa y ahora cede el puesto de capitán de ese navío llamado Centro Artístico a los nuevos vientos que suponen todo relevo.

A muchos nos queda el buen sabor de la gratitud y la admiración por esta escritora y mujer de la Cultura, Celia Correa Góngora, investigadora comprometida con el presente, el suyo y el nuestro, que tuvo el coraje de ponerse al frente de una institución granadina que hacía aguas, arremangándose para salvarla de la deriva, al borde del cierre como estaba, dejándonos ahora ya rescatado ese espacio de nuevo vital y enriquecido que es hoy el Centro Artístico, Literario y Científico, un lugar a conocer o descubrir por cualquier espíritu inquieto, un espacio cargado de nuevo de actividades que mira al futuro desde un pasado glorioso más que centenario.

Lo habitual es apuntarse a lo bueno cuando florece pero escasean los que se afanan para rescatar los proyectos del naufragio. Celia Correa lo hizo al asumir la presidencia de esta asociación y hay que agradecerle semejante esfuerzo. Desde entonces, con valentía y resolución, supo hacer de su cargo un ariete contra los tan habituales atropellos a la cultura. Además, provocó que muchos nos apuntáramos a ese último empeño imposible que era evitar el cierre más que seguro de una institución tan necesaria para una ciudad cuyo eje está en cultivar las artes y las letras, esencia misma de este espacio-institución de la sociedad civil en pleno centro de Granada. Desde su inteligencia de mujer resuelta supo atender todos los frentes para despertar, junto con un buen equipo, ese lugar que dormitaba mientras que se escoraba hacia el cierre.

La identidad de las ciudades no se improvisa sino que se construye sobre la constancia de personas y colectivos que perseveran en mantener activa la llama del debate frente a la indiferencia de estos, de otros y de todos los tiempos. Por eso es necesario contar con gente así, rebelde contra la adversidad y el desaliento que se empeña en hacer posible lo improbable para mantener lo necesario que a todos nos beneficia.

Ahora tendrá Celia más tiempo para escribir y para publicar sus textos, para disfrutar más de los paseos por los rincones granadinos, merecido descanso después de la intensidad de una labor que muchos valoramos porque, con agrado, la hemos apreciado porque la hemos visto.

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