Estos días se está debatiendo sobre las posibles medidas del Gobierno para tratar de evitar que el crecimiento de los precios que afecta a los productos básicos de la cesta de la compra siga golpeando a las familias más desfavorecidas.
El encarecimiento de la cesta de la compra es un asunto que preocupa a la sociedad y que afecta sobre todo a quienes tienen salarios bajos y a quienes están en desempleo. En conjunto, una parte muy relevante de la sociedad española.
La situación requiere un debate a fondo que debiera servir para mejorar nuestros procesos de distribución alimentaria que, seguramente, tienen espacios de mejora; se trata de conseguir controlar las tensiones inflacionistas que están condicionando que muchas personas no puedan acceder a productos básicos por sus elevados precios.
También, para hacer que el sistema de distribución no termine favoreciendo a unos pocos y perjudicando a muchos (productores y consumidores).
Y cabe valorar si hay un margen para definir una cesta básica con precios topados o si hay un margen para una reducción del IVA aunque sea temporal e, incluso, si es más efectiva la instauración de un cheque o bono que ayude a las familias más desfavorecidas.
Yo me inclino por medidas que ofrezcan ayudas de manera progresiva para dar respuestas a los sectores con dificultades reales de subsistencia, porque soy partidario de medidas equitativas aunque hay que ser conscientes que se tienen que superar las dificultades y limitaciones burocráticas y conseguir evitar fraudes y llegar realmente a quienes se decida que tienen que ser apoyados desde las instituciones públicas.
Pero también soy partidario de explorar las posibilidades de implantación de un sistema de precios máximos en el que tiendo a creer que seguro podrían sumarse algunos de los grandes distribuidores de alimentación de España. Es algo que merece la pena estudiar e incentivar para hacer más eficiente el modelo y evitar desequilibrios negativos para productores y para consumidores.
Ahora bien, lo importante es que haya medidas y comprobar que el Gobierno no mira hacia otro lado ante la enorme problemática que está generando el
encarecimiento de la cesta de la compra. Por eso, mi aplauso ante el anuncio relativo a que se estudian medidas inminentes. Esto alumbra soluciones y abre un debate que debemos aprovechar.
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