Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Constitución, historia viva

Pese al mercadeo delirante de Sánchez, el pueblo no dejará que le roben el derecho a vivir en paz

Cada año que celebramos un aniversario de la aprobación de la Carta Magna que define el futuro de un pueblo que decidió vivir en paz y en libertad, tras cuatro décadas de dictadura, resultado de la cruenta guerra civil, los ciudadanos piensan más en cómo pasar los puentes de esta efemérides que en los valores del documento que redactaron, en un esfuerzo de convivencia y alturas de miras -que hoy no existe en la clase política- los diversos representantes de aquella histórica España de la Transición. Los que vivimos activamente en los medios de comunicación aquella época apostamos, como la inmensa mayoría de los españoles, por esta Constitución de la concordia y de los derechos y deberes de ciudadanos e instituciones, marcando con claridad las bases del presente y del futuro. Ciudadanos iguales ante la ley y derechos que no pueden ser arrebatados por egoísmos nacionalistas, por mucha variedad de un país tan rico en su diversidad. Los que apoyamos este documento trascendente no vamos a pedir pasar a la historia, como el caricaturesco narcisismo de Pedro Sánchez le empuja a adjudicarse un hueco en la misma por haber sacado al dictador de su tumba, en la batalla del 'Valle de los caídos', olvidando que los que sí pasaron a la historia fueron los que dieron sus vidas luchando contra el dictador cuando estaba vivo -gentes del pueblo, maestros, poetas, intelectuales, políticos democráticos- y no cuando era una momia inerte para pasearla como uno de los fantasma de Halloween. Pese a ese narcicismo poco debe valorar su gestión si cree que sólo la exhumación de un dictador puede abrirle la puerta de la historia. Patético y cómico.

Pero volviendo a la Constitución, no se debe olvidar que pese al enorme apoyo de los españoles -el 90% de los catalanes, por ejemplo, la votaron- hoy, en el Parlamento y en los socios en los que se apoya el actual gobierno Sánchez están los enemigos declarados de ese documento que nos ha dado las mejores décadas de paz, prosperidad y convivencia de nuestra historia. El coaligado gubernamental Podemos pide suprimir la monarquía parlamentaria y los socios independentistas catalanes luchan por acabar con la "indisoluble unidad de la Nación española", contra la que han organizado actos condenados por la Justicia, indultados por Sánchez que suprimirá los delitos de sedición para beneficiar a los golpistas confesos. Los antecesores de HB Bildu, con el que ahora pacta el presidente, también lucharon por esa independencia de Euskadi, pero con el millar de asesinatos de ETA.

En fin, pese al vergonzoso mercadeo delirante de Sánchez con los enemigos de la Constitución, el pueblo no dejará que le roben el derecho a vivir en paz y en libertad. Porque esto sí es historia viva.

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