Res Pública

José Antonio Montilla

montilla@ugr.es

Crecer al 5,5 %

Por primera vez se están hanciendo políticas dirigidas directamente a la mejora de vida de las personas

España ha terminado 2022 con un crecimiento del 5,5% en su PIB, exactamente el mismo que en 2021. Ha crecido muy por encima de la media de la Unión Europea, de Estados Unidos o de China. Pero, sobre todo, ha crecido mucho más de lo que nos habían estado anunciando durante todo el año. De hecho, según la oposición y muchos creadores de opinión que actúan como su correa de transmisión, nos encaminábamos a una recesión. De ahí la sorpresa generalizada ante esos datos y la sensación de que los profetas del desastre simplemente nos estaban intentando engañar en aras de sus objetivos políticos.

En cualquier caso, no piensen que todos los que habían predicho una debacle económica han reconocido su error. Al contrario; simplemente la han trasladado a 2023. Para cualquier dato positivo de nuestra economía tienen una explicación negativa que continúan difundiendo sin rubor a través de las redes sociales. Si crece el empleo es por la contratación pública o por los fijos discontinuos pues parece molestarles que se reduzca la temporalidad. Si la inflación es la más baja de Europa es por el método de cálculo. Y, por supuesto, el mercado laboral o el sistema de pensiones son insostenibles.

Sin embargo, cada vez les resulta más complicado mantener el discurso del hundimiento económico de España. Cualquier persona sin muchos prejuicios puede pensar que algo se estará haciendo bien para que los resultados de España sean mejores que los de otros países, como nos recuerdan los medios de comunicación internacionales. La reforma laboral está produciendo unos efectos positivos en el mercado de trabajo, al reducir la temporalidad; la excepción ibérica, negociada en el marco de la Unión Europa, ha provocado una reducción de los precios de la energía y, con ello, de la inflación; la subida del salario mínimo profesional ha mejorado la vida de los trabajadores, especialmente de los más jóvenes que acceden a sus primeros empleos sin provocar una oleada de despidos; la subida de las pensiones ofrece dignidad a los mayores, etc.

Lo más importante de la política económica que se está aplicando en España en los últimos años es que por primera vez se están haciendo políticas dirigidas directamente a la mejora de la vida de las personas, y no sólo del sistema económico: de los trabajadores jóvenes, de los temporales, de los pensionistas, sin que ello resulte incompatible con un buen ritmo de crecimiento económico. Eso es lo realmente interesante, lo que observan con admiración desde otros países y, por tanto, de lo que podemos sentirnos orgullosos.

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